En su viaje oficial a China el presidente francés no se pronuncia sobre aspectos controvertidos sobre la situación en Hong Kong o los derechos humanos, ciñiéndose a las relaciones comerciales con el país asiático.
PUBLICIDADComercio, economía y cambio climático. La agenda de Emmanuel Macron en China deja bien a las claras cuáles son sus intenciones en su visita oficial a este país, pero está por ver si durante su estancia en el mismo tratará con Xi Jinping otros asuntos más comprometidos como la situación en Hong Kong o los derechos humanos.
En su segundo día de visita en el país asiático, el presidente francés contó con la compañía de otros jefes de gobierno, entre ellos los de Grecia y Serbia. Todos ellos estaban invitados por Xi Jinping a la inauguración de la segunda Exposición Internacional de Importaciones de China, en la ciudad de Shanghai.
En la misma, Xi Jinping volvió a tener palabras de apoyo para el multilateralismo y la cooperación y en contra del proteccionismo, en una clara muestra del interés y la intención de su gobierno de llevar a buen puerto sus nuevas relaciones comerciales con la Unión Europea.
Durante su intervención, Macron celebró la buena sintonía comercial existente ahora mismo entre Francia y China, pero recordó las condiciones:
"Nuestras políticas industriales, nuestras normas y nuestra diplomacia deben poner en el centro de su agenda, por un lado, la lucha por la biodiversidad, y por otro la lucha contra el calentamiento global", recordaba el presidente francés. "Y lo digo hoy aquí con fuerza y confianza porque esta no es una agenda que esté separada de la agenda comercial y económica. Está en su corazón. Es lo que hará que esa agenda económica sea sostenible y aceptable para nuestros pueblos".
La visita de Macron a China concluirá en Pekín con la firma de varios acuerdos en turismo, salud y agroalimentación, pero también está prevista la firma de ambos presidentes en un pacto sobre la "irreversibilidad" del acuerdo climático de París. Con respecto a Hong Kong, la represión de musulmanes en Xinjiang o el respeto a las libertades en el país asiático, tan solo Macron sabe si saldrán o no a relucir durante su de momento muy diplomática visita.