El Gobierno griego, los solicitantes de asilo y los responsables del campamento de Moria esperan que la nueva ley de asilo agilize una situación de espera insostenible.
218 días. Éste es el tiempo que tiene que esperar un solicitante de asilo de media en Grecia para que las autoridades examinen su solicitud.
En muchos casos, como el del afgano Halili, los plazos son todavía mayores. Llegó al campo de refugiados de Moria hace dos meses y se deberá quedar al menos hasta el próximo verano porque la primera fase del proceso de asilo no está prevista para antes del mes de julio.
"Quiero ir a Alemania, pero estoy atrapado aquí. Este lugar es como una prisión. Mucha gente tiene problemas mentales".
La aceleración del proceso es fundamental para que las autoridades consigan aliviar la presión en los ya superpoblados puntos de las islas griegas.
La nueva ley de asilo pretende ese objetivo, pero ¿a qué precio? Las ONGs afirman que los procedimientos acelerados perjudican la equidad del resultado final.
Por ejemplo, en virtud de la nueva ley, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) ya no será considerado en el proceso de asilo como uno de los criterios de vulnerabilidad.
"Sabemos que las personas con estrés postraumático redramatizan durante la entrevista o les resulta muy difícil recordar sus experiencias. Esta ley probablemente tendrá implicaciones en su acceso a un procedimiento de asilo justo", doce Sophie McCann.
Además, según la responsable de Médicos Sin Fronteras, el fin del acceso de los solicitantes de asilo al sistema de salud pública puede conllevar tragedias como la del sábado pasado, cuando murió un bebé congoleño de 8 meses que vivía con sus padres en Moria.
Las autoridades griegas creen que la nueva ley de asilo, que se aplicará plenamente el 1 de enero, dará pronto resultados. Hasta entonces, la carga recaerá sobre los hombros de las personas que dirigen el campamento diariamente.
Según el subdirector, Dimitris Vafeas, la nueva ley no es suficiente.
"La nueva ley avanza en la dirección correcta, acelerando el proceso de asilo y estableciendo plazos más pragmáticos para la evaluación de cada solicitud. Pero para tener éxito aquellos a los que no se les conceda el asilo deberán regresar a Turquía".
Por el momento, el Gobierno griego tiene previsto trasladar a unos 20000 solicitantes de asilo al continente antes de que finalice el año. Pero habida cuenta de que alrededor de 2000 turcos han llegado en los últimos cuatro días, el plan para aliviar la presión de la superpoblada isla está destinado a fracasar.