Hablamos con Abel Caballero sobre la tradición que ha conseguido posicionar a Vigo como una de las ciudades más turísticas y a él como el alcalde más votado de Europa.
PUBLICIDADDicen que un político cae cuando pierde la calle. Esto es algo que Abel Caballero, alcalde de Vigo, tiene estudiado al milímetro. Es el alcalde más votado de ¿Galicia? ¿España? ¿Europa? “Para ser más exactos, el alcalde más votado de cualquier gran ciudad de Europa”, nos aclara el mismísimo alcalde. O Abel, a secas, como le llaman en Vigo. Sacó casi un 70% de votos en una ciudad de 300.000 habitantes.
- Eso es algo que no ha sucedido nunca en ninguna gran ciudad, aquí tenemos un modelo político distinto.
- ¿En qué consiste?
- Lo hacemos todo juntos. Yo hablo con la ciudad continuamente.
Un diálogo permanente en su programa de tele, en el que la gente llama para conversar con él. En una entrevista en la radio. Micro en alto, abriendo el concierto de las fiestas populares. En redes sociales jugando al futbol con los chavales. Y, oh, se me olvidaban las luces de Navidad. Vigo compite por ser la ciudad con la mejor decoración navideña.
- ¿Tiene algo que ver las luces de Navidad en esa mayoría absoluta de votos?
- Yo lo que digo es que la gente quiere fiesta de Navidad y castiga a quien no la hace. Esto es así.
Y así ha sido. Quédense con su cara, este señor nos ha devuelto la Navidad.
La carrera por la Navidad
La ciudad gallega anochece a las seis de la tarde y es entonces cuando diez millones de luces LED iluminan la oscuridad. Este año hay un millón más que en 2018 y apenas se puede caminar, las calles están llenas de gente. El año pasado dos millones de personas visitaron la iluminación y esta Navidad el alcalde apuesta por que se superen los tres millones.
Llamamos a un hotel del centro de la ciudad, no tiene habitaciones libres para el fin de semana y nos informan que será difícil encontrar, la ciudad está “a tope”.
Para el alcalde, todo empezó porque sentía que se estaba perdiendo la Navidad en muchos sitios y quería recuperarla. “Es una fiesta que me gustaba de pequeño y me sigue gustando ahora cuando soy bastante mayor”.
Vaya si se recuperó, la ciudad no solo está llena de luces, también se ha instalado una noria de 60 metros; un mercadillo tradicional de estilo centroeuropeo; pista de patinaje; una calle decorada por Disney que, además, eligió Vigo para el preestreno de Frozen 2; muñecos gigantes de dos metros... ¿Me dejo algo?
Sí, este año Abel Caballero guardaba un as en la manga. Como nueva incorporación navideña, la ciudad cuenta con 50 cañones de nieve, repartidos por los distintos barrios, que simulan una nevada. “¡Es que en Vigo no nieva nunca!”, se explica el alcalde.
Cada año, Vigo se supera. A Caballero se le queda pequeño competir contra Madrid o Málaga por tener el mejor encendido navideño.
- Laura [piensen en un marcado acento gallego], no hay competición ¡ganamos por incomparecencia, hombre! Contra la Navidad de Vigo no se puede competir, son los demás alcaldes los que me llaman para pedirme consejo sobre cómo iluminar sus ciudades.
- También ha llegado a retar al mismísimo alcalde de Nueva York.
- No lo reté, sino que gané esta competición internacional. Las luces de Vigo son mucho mejores que las de New York y no es algo que diga yo, a mí me lo dicen, eh. La gente que viaja a Nueva York y luego viaja aquí es lo primero que dice. Tenemos la mejor Navidad del mundo.
No es el único que ha visto el filón de esta fiesta, otras ciudades se han apuntado –modestamente- a la carrera por ganar la Navidad. Pero esto no supone una amenaza para el liderazgo del alcalde: "Yo les agradezco mucho que me lo intenten disputar, pero que lo hagan con paciencia, que luego vienen los disgustos… Nosotros ya estamos preparando la Navidad del año que viene”.
PUBLICIDAD- ¿Y cuando usted se jubile?
- Yo no me voy a jubilar, voy a ser alcalde unos 25 o 30 años más. Yo tengo ahora 73 años. ¡Bah! 25 o 30 años más lo puedo hacer bien. Y entonces, cuando deje la alcaldía, ya estará tan arraigada la Navidad aquí que ya no habrá marcha atrás.
Toda Navidad tiene un Grinch
No todo iban a ser halagos. Por las calles de la ciudad también se escuchan voces en contra de este “despilfarro” tanto de dinero público como energético. El año pasado, Vigo invirtió 840.000 euros en el encendido y la decoración, este año la cantidad roza el millón de euros. Las cifras de la competición de alto nivel a las que se opone la oposición. “Pero ¿qué quieren? ¿que estemos en cuaresma y llorando todo el día? no es mi estilo”, zanja el alcalde.
A la oposición hay que sumarle los expertos medioambientales que aseguran que este despilfarro energético no tiene sentido.
- Despilfarro energético son los coches de gasoil, determinadas fábricas, tantas y tantas cosas… Pero las luces LED son solo una forma de iluminar las ciudades con un gasto energético y un coste prácticamente cero.
PUBLICIDAD- ¿Qué diría Greta Thunberg de la iluminación de Vigo?
- Diría que está muy bien, la aprobaría, porque están hechas para dar felicidad sin consumir.
Aun así, los expertos sostienen que las luces LED provocan una contaminación lumínica que, en muchos casos, es peor a las de las bombillas tradicionales y esto supone un problema para la biodiversidad.
- Mire, a mí a medioambientalista no me gana nadie. La contaminación lumínica en las ciudades es la propia ciudad en sí y la biodiversidad está limitada por las características de la ciudad, con lo cual, es completamente falso.
Y a la oposición y a los expertos medioambientales, hay que sumarles determinadas asociaciones de vecinos que prefieren que ese dinero se destine a atender a los más necesitados. También argumentan que el reparto del beneficio que generan las luces no es equitativo, al pequeño comercio –en la periferia- no llegan turistas. Mientras que, en el centro, donde se encuentran las luces, solo hay grandes comercios y firmas de sobra conocidas.
PUBLICIDAD- Son unos ignorantes, en las periferias siempre afluye menos turismo. Quienes dicen eso, luego se presentan a elecciones y sacan dos concejales. Yo saco veinte. Cuando llegué a la alcaldía había una deuda de 70 millones de euros, en tres años la transformé en deuda cero y ahora tenemos 100 millones de euros de ahorro. Hoy en día todo tiene detractores ¿verdad?
Hasta la Navidad los tiene.