Equipos internacionales se trasladan al país para apoyar a los bomberos
Ha sido una falsa esperanza. Tras unos días de temperaturas más bajas y vientos más débiles, la climatología vuelve a ser adversa en el sudeste de Australia. Esa situación hará que los incendios que llevan semanas devorando diferentes estados del país sean más difíciles de controlar. Mientras tratan de apagar las llamas, las autoridades están intentando minimizar los daños. Hasta ahora, la tragedia se ha cobrado 26 vidas y ha provocado que 2000 casas queden calcinadas.
"Como sabemos y como hemos anticipado en los últimos días, el viernes va a ser un día muy amenazante, difícil y largo para todos nuestros equipos de bomberos y personal de servicios de emergencia en todo el estado. Por favor, pedimos a la comunidad que si hay alguna de las llamadas zonas rojas en el área que prevemos estará bajo amenaza de fuego directo hoy, tome la decisión de evacuar su hogar o se refugie en un lugar seguro", ha manifestado Gladys Berejiklian, premier de Nueva Gales del Sur.
La llamada de emergencia cruza fronteras. Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda han enviado cientos de bomberos para ayudar al personal local, muchos de ellos voluntarios. Lo explica John Mash, supervisor de operaciones contra los fuegos del Ministerio de Ontario de Recursos Naturales: "Diferentes cuerpos de bomberos y diferentes países han adquirido habilidades en compartir recursos en los últimos años, a medida que las temporadas de incendios parecen estar aumentando. Cualquier área en particular puede ser alcanzada por el fuego y a veces sobrepasa los recursos de cualquier equipo en particular. Por lo tanto, estas asociaciones de ayuda mutua que hemos desarrollado y seguimos desarrollando son realmente lo que se necesita para afrontar los desafíos de los incendios forestales".
Los incendios también están amenazando con extinguir especies autóctonas de Australia. Algunos expertos estiman que el fuego ha matado a mil millones de animales.