A un lado del Miño está el municipio de Melgaço, en Portugal. Y en la otra orilla se encuentra Galicia, en España. Los dos territorios no sólo comparten el río y la historia común sino, también, una tradición de varios siglos que ahora pretenden inscribir en el patrimonio inmaterial: las pesqueiras.
A un lado del Miño está el municipio de Melgaço, en Portugal. Y en la otra orilla se encuentra Galicia, en España. Los dos territorios no sólo comparten el río y la historia común sino, también, una tradición de varios siglos que ahora pretenden inscribir en el patrimonio inmaterial: las llamadas 'pesqueiras'. Se trata de estructuras de piedra, algunas de ellas de la época romana, que delimitan una parte del río y forman lugares ideales para la captura de peces como la lamprea; uno de los manjares más apreciados de la zona. Tras inscribirlas en las listas del patrimonio cultural, en febrero, el siguiente paso será la UNESCO.
"Las pesqueiras no podrán vivir sólo de la pesca. También tendrán que vivir del turismo. Deberán fomentar el turismo, traer gente de fuera que camine por los senderos, vea la pesca y también tome parte en ella. ¿Por qué no? Y luego, en uno de los restaurantes locales, podrán tener el placer de disfrutar de una de las lampreas o de uno de los salmones capturados en una pesqueira", afirma Pedro Costa, comandante de la Capitanía de Caminha.
La pesca de la lamprea comienza el próximo 15 de febrero y dura hasta el próximo 21 de mayo. Para las demás especies de peces del río Miño, está permitido pescar entre el 1 de abril y el 1 de junio del presente año.