¿Cómo evitar que pescadores, buceadores y avistadores de cetáceos se disputen la costa marina?

En colaboración con The European Commission
¿Cómo evitar que pescadores, buceadores y avistadores de cetáceos se disputen la costa marina?
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Por Denis Loctier
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Recorremos las Azores, Madeira y Canarias para descubrir algunos de los proyectos de planificación espacial marina que más éxito han tenido a la hora de evitar conflictos y crear sinergias entre diferentes sectores.

¿Puedes construir un aerogenerador en el mismo lugar que una piscifactoría y cómo te aseguras de que el avistamiento de ballenas no moleste a los pescadores? ¿Quién toma este tipo de decisiones y qué pasa con los animales marinos? Echemos un vistazo a cómo gestionar mejor nuestras aguas. Esta semana en Ocean, en Euronews y Euronews.com.

Los delfines y las ballenas son un imán para los turistas que visitan las aguas cristalinas de las Azores, en el océano Atlántico. La mayor empresa de avistamiento recibe cada año a 30 mil clientes a bordo de sus nueve barcos, que surcan los mares en busca de cetáceos. Pero a veces el avistamiento puede interferir con la industria pesquera local. 

"Los delfines encuentran su alimento alrededor de los barcos de pesca y son ellos quienes nos dicen: 'ey, los delfines están aquí'. Así que ahora mismo es incluso una colaboración", cuenta Laura González García, bióloga de Futurismo, una de las empresas de avistamiento de cetáceos en el archipiélago. 

Sostenibilidad y colaboración

Un proyecto de planificación del espacio marítimo quiere lograr más colaboración y sostenibilidad. Mediante él, los usuarios del mar se unen a los gobiernos para comprender y regular cómo se utilizan los recursos marinos. El proyecto "MarSP", financiado por la UE, ayuda a Azores, Madeira y Canarias a desarrollar sus planes. 

"Existen nuevos usos surgidos gracias a la combinación de varias actividades que ocurren en un mismo lugar y pueden interactuar y compartir el mismo espacio de un modo sostenible. Por eso, la planificación espacial marina nos permite que estas actividades sean compatibles", cuenta Luz Paramio, miembro del Gobierno regional de las Azores, y coordinadora del proyecto MarSP. 

La clave está en los mapas

Los responsables de este ordenamiento recogen la opinión de los usuarios del mar y la recopilan junto a la información en recursos marinos y hábitats en un sistema de información geográfica. Su objetivo es localizar los puntos donde hay actividades de interés.

"Hemos realizado esto con todas las industrias marinas. Les hemos pedido que dibujen el área donde operan, y que indentifiquen las actividades con las que chocan. Tras esto, cogemos la información y la metemos en un sistema de información geográfica que ayuda a la hora de tomar decisiones", dice Helena Calado, Profesora de planificación espacial marina en la Universidad de las Azores. 

Los planes tienen en cuenta todos los factores, desde los niveles de profundidad y el uso de las tierras costeras, elementos culturales y, lo que es más importante, los ecosistemas. Los recursos del mar sólo pueden utilizarse de manera que se preserve la biodiversidad, manteniendo saludables las plantas y las especies marinas.

El caso de Madeira

Madeira finalizó sus planes antes que el resto de archipiélagos del Atlántico Norte resolviendo un conflicto entre su creciente negocio de acuicultura y su crucial sector turístico. Los surfistas se quejaron de estas granjas de peces, y los reguladores encontraron una forma de trasladarlas a un lugar mejor, donde inesperadamente se convirtieron en una atracción para los buceadores. En cuanto a los problemas de contaminación, las autoridades están planeando inspecciones regulares.

"Las áreas no van a modificarse, por lo que hemos tenido que implementar varios programas de monitoreo, imponer ciertas reglas, no sólo a las piscifactorías, sino también a la gente que tiene diferentes intereses alrededor de las piscifactorías", dice Carlos Andrade, Jefe de la División de Acuicultura de la Dirección General de Pesca de Madeira.

La mayoría de las aguas costeras al norte de la isla principal de Madeira son áreas protegidas de mamíferos marinos, donde no se puede operar económicamente. Las granjas de peces han sido asignadas a áreas relativamente pequeñas al otro lado de la isla, pero con suficiente espacio para crecer. Para las empresas acuícolas, este paso ha sido muy importante. En el último año, su producción se ha multiplicado y todo apunta a que seguirán creciendo.

Esta granja de besugos está protegida de las tormentas, tiene una profundidad perfecta y buenas corrientes que mantienen el agua limpia. El hecho de que el plan espacial marítimo designe esta área como un sitio de acuicultura asegura a los inversores seguir desarrollando su negocio en los próximos años.

"Para nosotros es un alivio saber que tendremos este espacio durante algún tiempo y que no nos obligarán a dejarlo, ya que es un buen lugar", cuenta Pedro Diniz, responsable de la web de Marismar.

Los planes de ordenamiento marino se actualizarán cada pocos años para incluir nuevas oportunidades de negocio que abarquen desde las costas hasta los límites exteriores del espacio marítimo regional y nacional. "El hecho de que nuestro plan esté listo significa que podemos empezar a trabajar en su revisión con más conocimiento, más capacidad, más intercambio y más cooperación con los archipiélagos vecinos, las Canarias y las Azores", expresa Manuel Ara Oliveira, director de Asuntos Medioambientales y Cambio Climático en el Gobierno de Madeira. 

Llegar a un acuerdo con los vecinos, no es un juego de niños

En estas jornadas en la ciudad francesa de Toulon, expertos franceses y argelinos participan en un juego de simulación. Se llama "Desafío MSP" y simula una frontera marina compartida entre países ficticios que chocan por el uso del mar. Esos son exactamente el tipo de problemas que los Planificadores del espacio marítimo deben resolver, especialmente en zonas como el norte de Europa, que explotan intensivamente su reducio espacio marino.

"El desafío está en gestionar de forma sostenible todas esas actividades que se realizan a lo largo de la costa, relacionadas con transporte marítimo, turismo, o biodiversidad", analiza Alejandro Iglesias Campos, especialista de la COI-UNESCO.

Esta dinámica, la emplea en emplea en varios países la iniciativa MSPGlobal, lanzada por la Comisión Europea y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, para promover en todo el mundo la planificación espacial marina, y compartir la experiencia de Europa con otras regiones. "Hay ejemplos de China sobre cómo financiar este proceso de planificación, hay ejemplos de América Latina en cómo incluir a las minorías y muchos otros ejemplos que nos ayudan a implementar en Europa un nuevo plan que sea aún más innovador", apunta Iglesias. 

Las Palmas de Gran Canaria, ejemplo de turismo protección ambiental

La clave de una buena planificación del espacio marítimo es conseguir que el crecimiento económico sostenible y la preservación de la naturaleza vayan de la mano.

La playa de las Canteras, en las Palmas de Gran Canaria es un buen ejemplo de cómo turismo y protección ambiental son posibles. Este lugar es tanto una reserva de vida marina, hogar de cientos de tipos de peces, y también un centro turístico para buceadores.

"En las grandes ciudades podemos crear lugares que a la vez respeten la conservación y ofrezcan opciones de ocio. La gente quiere disfrutar de un entorno saludable. Por lo tanto, el objetivo es generar un crecimiento económico sin destruir la conservación", matiza Fernando Tuya, profesor asociado en biología marina, Instituto Ecoaqua, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. 

Para proteger mejor la naturaleza y optimizar el uso del espacio marino, el proyecto financiado por la UE, PLASMAR, está desarrollando un sistema de toma de decisiones. Muestra cómo es de pertinente un área para un sector en concreto, basado en su oceanografía, actividades marinas, uso de las costa, necesidades de conservación y otros factores.

"Impulsamos este sistema con muchos datos, e intentamos identificar las áreas donde vamos a tener un impacto mínimo en el medio ambiente, sin generar conflicto con el uso de la tierra costera, y con los otros sectores marítimos", dice Andrej Abramić, coordinador de PLASMAR, en el Instituto Ecoaqua, dependiente de la ULPGC. 

Los planificadores espaciales marítimos también tienen que integrar a los recién llegados a las zonas marinas, como los parques eólicos marinos. Los ensayos ya están en marcha en el sitio de pruebas de PLOCAN en Gran Canaria. Los investigadores están convencidos de que las turbinas en el mar no tienen que interponerse en el camino de otros sectores.

"Estamos trabajando en proyectos de tal manera que los pescadores puedan hacer su trabajo dentro, entre el espacio dentro de las turbinas, o incluso poniendo la acuicultura en el medio. La idea es desarrollar la tecnología", dice José Joaquín Hernández-Brito, Director Ejecutivo de la Plataforma Oceánica de Canarias. 

Los países miembros de la UE con costa marina, tienen hasta el 21 de marzo para concluir sus planes espaciales marinos, siempre recordando que han de mejorar la economía marina sin olvidar preservar los ecosistemas.

Fuentes adicionales • Traducción al español por Ana Valiente

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