A pesar de que algunos, como ha sido el caso de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, consideran que el COVID-19 es una simple gripe, el organismo alerta de sus efectos.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, reitera la peligrosidad del coronavirus. A pesar de que algunos, como ha sido el caso de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, consideran que el COVID-19 es una simple gripe, el organismo alerta de sus efectos. Las contundentes medidas adoptadas en varios países comienzan a dar sus frutos pero no hay que bajar la guardia.
"No hay más que ver lo que sucede en algunos sistemas de salud en todo el mundo. Las unidades de cuidados intensivos están completamente desbordadas y los médicos y enfermeras están agotados. Esto no es normal. No se trata de una mala temporada de gripe", declara el doctor Mike Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS.
La mejoría experimentada en Wuhan, donde surgió el virus, da esperanzas a las autoridades sanitarias pero hay que tomarse la amenaza en serio. Ajeno a ello, Bolsonaro, ha minimizado repetidamente la seriedad de la situación, la ha descrito como 'histeria' y ha criticado las medidas recomendadas por los expertos.
"Después de ser apuñalado, antes de las elecciones, no va poder conmigo una pequeña gripe. Si tengo que hacerme pruebas, las haré. Pero, hasta entonces, me comportaré como cualquiera de los que estáis presentes ante mí", afirmaba el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en su rueda de prensa.
Alrededor de veinte personas, que acompañaron a Bolsonaro en un viaje a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump, han dado positivo en las pruebas de coronavirus. El viernes, en Brasil, se superaron los novecientos contagios.