Beber mate por la misma bombilla que otros es una práctica de riesgo en plena pandemia avisan los virólogos
Otra tradición que el coronavirus ha puesto en jaque: compartir el mate. En Uruguay, Argentina y Paraguay es hasta de mala educación no ofrecer esta infusión que forma parte de la vida cotidiana. Todo el mundo lleva su termo, su mate y su bombilla, una paja de metal por donde se sorbe la bebida. La tradición es que se comparta mate y bombilla, en casa, en la calle, en los parques.
En plena pandemia el Gobierno de Uruguay ha pedido que no se comparta la bombilla, pero la costumbre tiene raíces profundas.
Florencia Arezo, es uruguaya y bebedora de mate:
"En el ámbito del trabajo o en el ámbito social o con amigos o lo que sea ahí ya no lo compartes o no lo ofreces el mate, como que ya te da cosita compartirlo, pero en familia, yo que sé, o con la personas con la que vives, ahí sí que lo compartes."
Los uruguayos son los mayores consumidores de yerba mate, 10 kilos al año por cabeza, unos dos litros diarios. Pero ahora la propagación del coronavirus se ha colado en un ritual de la socialización de los países bebedores de mate.
El virólogo Santiago Mirazo de la Universidad de Uruguay pone en guardia a los que comparten bombilla:
"La temperatura en la bombilla, que es de metal no es homogénea, y a medida que el agua avanza, se va enfriando por el metal que cuenta emisión de calor, y en la punta de la bombilla el agua está mucho más fría y en esa temperatura el virus sobrevive, con lo cual, la carga viral que hay en la punta de la bombilla es alta."
No renunciar al mate, pero sí a compartirlo, perder ese espíritu de congregación, es otro de los precios a pagar para evitar el contagio y frenar la pandemia.