Proteger a los mayores que viven solos durante el confinamiento es una de las misiones encargadas a policías y a voluntarios de las oenegés en todos los países. En esta ocasión acompañamos a una patrulla que visita con asiduidad a una anciana en su domicilio del sur de Londres.
Proteger a los mayores que viven solos durante el confinamiento es una de las misiones encargadas a policías y voluntarios de las oenegés en muchos países.
En esta ocasión acompañamos a una patrulla que visita con asiduidad a una anciana en su domicilio del sur de Londres.
Se llama Gwendalyn, tiene 94 años.
"Como durante años fui agorafóbica porque vi morir a mi hermana durante un bombardeo durante la Guerra, no salía mucho. Sin embargo ahora puedo salir con mi sillita. Puedo ir con la sillita a las tiendas y luego está el doctor que viene para ver si estoy bien, eso es todo", explica Gwendalyn Iles.
Este dispositivo policial, llamado "Operación Nogi" permite no sólo saber que los mayores están bien, sino prevenir que sean víctimas de engaños o estafas.
"Es una visita rápida en la puerta, diez o quince minutos, les preguntamos si sus vecinos se preocupan de ellos, si siguen contacto con los servicios de asistencia como es habitual, si necesitan que se les compren medicinas, estas cosas", comenta el sargento Liam Hack.
El descenso de los delitos comunes permite a la policía organizar este servicio para proteger a los más vulnerables.
"Pienso que hemos visto una disminución de las peticiones de servicio a la policía en las últimas dos semanas, por eso somos capaces de hacer esto. Aunque vemos que ahora van sobrellevando las cosas también", añade Hack.
Se trata de cuidar a nuestros mayores.