La COVID-19 ha puesto en este dilema a muchos propietarios de viviendas. Otros, a quienes la pandemia ha puesto en una situación precaria, no tienen otra opción que el alquier tradicional.
La pandemia golpea con fuerza los alquileres vacacionales en toda Europa.
Quienes utilizaban plataformas como Airbnb ya no tienen clientes. Muchos se decantan por el alquiler a largo plazo, aunque hay quienes se resisten. En Atenas, los propietarios con viviendas en las áreas más populares, como Plaka, Thissio y Koukaki, prefieren esperan a que amaine la tormenta.
"Mi esperanza es que los turistas van a volver a Atenas, y Dios no quiera que no sea así, porque será muy malo para todos, no solo para mí. Estos pisos son pequeños y están diseñados para gente que va y viene", dice Romina Tsitou, arquitecta, anfitriona de Airbnb.
Otros propietarios no tienen más remedio que volver al alquiler tradicional.
"Me he quedado en paro recientemente y esperaba que mi Airbnb fuera mi principal fuente de ingresos. Estoy tratando de alquilarlo a largo plazo porque no tengo dinero para pagar mis facturas. Es así de simple", cuenta Stefania Dimitroula, parada, anfitriona de Airbnb.