Se dispara el balance de víctimas del superciclón Amphan, que ha barrido sin piedad el este de la India y del suroeste de Bangladés matando a al menos 84 personas y forzando la evacuación de unos tres millones. La mayoría de las víctimas proceden de la región india de Bengala, donde se han registrad
Se dispara el balance de víctimas del superciclón Amphan, que ha barrido sin piedad el este de la India y del suroeste de Bangladés matando a al menos 84 personas y forzando la evacuación de unos tres millones. La mayoría de las víctimas proceden de la región india de Bengala, donde se han registrado ráfagas de viento de hasta 185 km/h. Con una fuerza equivalente a un huracán de categoría 3, Amphan supone un peligro real e inminente para los damnificados, aunque algunos parecen sentir más miedo a contraer el coronavirus en los refugios que al propio ciclón:
"Hay demasiada gente aquí. Es imposible mantenerse a distancia de otras personas. Estoy muy preocupada. No pudimos quedarnos en casa por culpa de esta tormenta, pero aquí hay tensión por el el coronavirus. Yo solo trato de esquivar ambas cosas", explicaba una mujer en un refugio.
Los daños en viviendas e infraestructuras son considerables. El superciclón se ha llevado por delante varios puentes que unían pequeñas islas al subcontinente indio, dejando aisladas varias poblaciones. Aunque no están en la trayectoria directa del huracán, se teme por la seguridad de cerca de un millón de miembros de la minoría birmana Rohingya que están alojados en condiciones precarias en campos de refugiados en Bangladés.