Todo es sal en la herida griega de la basílica de Santa Sofía de Estambul
Los rezos, la limpieza, la desinfección... no hay nada que no escueza en Grecia en lo que concierne a la basílica de Santa Sofía de Estambul desde que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan decidió reconvertirla en mezquita. El edificio, una joya de la arquitectura bizantina Patrimonio de la Humanidad, ha sido desinfectado para evitar la propagación de la COVID-19. Hay quien teme que estas tareas de desinfección, junto a la rápida reconversión en mezquita, repercutan negativamente en la conservación de un monumento que, hasta la caída de Constantinopla a manos del Imperio Otomano, fue el mayor templo de la cristiandad.
La decisión del Gobierno turco ha levantado muchas ampollas en Grecia, que se considera heredera de la tradición bizantina. A las presiones diplomáticas para que Turquía de marcha atrás, se suman iniciativas de toda índole. Un grupo de comerciantes está promoviendo una campaña para boicotear todos los bienes y servicios que provengan de Turquía.