Miles de ciudadanos se congregaron en la capital de Bielorrusia para mostrar su rechazo a la visita de Aleksandr Lukashenko a una fábrica de tractores. Cientos de manifestantes y de obreros en huelga abuchearon al discutido presidente reelecto, quien llegó a la zona, en helicóptero.
PUBLICIDADLas banderas blanquirrojas de los partidarios de la posición ondearon al viento cerca de una zona industrial, en Minsk. Miles de ciudadanos se congregaron en la capital de Bielorrusia para mostrar su rechazo a la visita de Aleksandr Lukashenko a una fábrica de tractores. Cientos de manifestantes y de obreros en huelga abuchearon al discutido presidente reelecto, quien llegó a la zona, en helicóptero.
Mientras tanto, exiliada en Lituania, la ex candidata presidencial Svetlana Tijanóvskaya afirma estar lista para tomar el mando de Bielorrusia. Dada la situación, según los especialistas en la materia, el hecho de que no exista un advesario político, sobre el terreno, podría ser beneficioso.
"Por el momento, el hecho de que no haya un líder claro de la oposición, al que el régimen de Lukashenko pueda recurrir y amenazar, tal vez sea incluso para bien", declara Katsiaryna Shmatsina, analista política del Instituto Bielorruso de Estudios Estratégicos en Kiev.
En un tuit, el presidente del Consejo Europeo señala que se celebrará una cumbre de emergencia, este miércoles, para discutir la situación en Bielorrusia.
El Gobierno del Reino Unido no reconoce ni acepta los resultados de unas elecciones presidenciales calificadas de "injustas".
Las protestas se suceden. Decenas de miles de personas se reunieron el domingo en el mayor mitin de la historia reciente en Minsk para condenar la victoria de Lukashenko y las violentas medidas represivas de la policía antidisturbios, así como los abusos que sufren miles de ciudadanos que han sido detenidos. Entretanto, el presidente hace oídos sordos ante las numerosas peticiones para que abandone su cargo.