BioComPack ha trabajado durante más de dos décadas en encontrar soluciones medioambientales para los plásticos.
Andrej Kržan, coordinador del proyecto BioComPack ha trabajado durante más de dos décadas en encontrar soluciones medioambientales para los plásticos. Le preguntamos cuáles son los desafíos en Europa Central a la hora de implementarlo y cómo conseguir que se llegue a utilizar este envase más sostenible.
"El problema es que los plásticos y el papel generalmente se utilizan juntos y se consiguen buenos productos, pero crean un problema cuando se cierra el ciclo de vida, lo que conocemos como residuos. No podemos reciclarlos o es difícil hacerlo. Esta es precisamente la limitación de la economía circular en la que estamos trabajando.
Ya podemos ver internamente, dentro del proyecto, la mejor manera de hacerlo y cómo se puede implementar. Así que tenemos, por ejemplo, a Italia que es líder y tiene una gran producción de bioplásticos, cuenta con muchos productos sostenibles en el mercado y luego está Croacia que tiene un problema con la colecta de desechos biológicos o el compostaje. Necesitamos esta infraestructura para apoyar un cambio así.
La cosa es que informas a la gente, lo aceptan, empiezan a pensar en ello, pero se tarda un poco más en hacerlo. No está dentro del proyecto. Digamos que muy a menudo el resultado se ve unos años después, pero de forma muy clara y es muy gratificante poder verlo".