En el último mes se ha disparado la llegada de migrantes a Reino Unido, y Londres exige a París más contundencia para frenar el flujo de refugiados a las costas británicas.
PUBLICIDADManifestaciones a favor y en contra de la migración en Dover. La ciudad portuaria británica se convirtió este sábado en el escenario de protesta tanto de partidarios como de detractores de la llegada, cada vez mayor, de refugiados que cruzan el canal de la Mancha. Afortunadamente las manifestaciones no coincidieron en el tiempo, por lo que no hubo que lamentar enfrentamientos entre ambos grupos.
La cuestión de la migración en Reino Unido vuelve a estar plenamente de actualidad en Reino Unido, después de que solo en el mes de agosto llegaran a las costas británicas 1500 migrantes y refugiados, tantos como los que llegaron en los meses de junio y julio juntos.
El Gobierno de Boris Johnson ya ha exigido públicamente a Francia un mayor esfuerzo en frenar este flujo incesante de migrantes, motivado fundamentalmente por el proceder cada vez mayor y con menos escrúpulos de los traficantes de personas.
En medio de esta tesión existente entre Dover y Calais, los ministros de Interior de ambos países, Priti Patel y Gerald Darmanin, acordaban el pasado mes de julio crear una unidad conjunta de inteligencia con la que luchar contra estas mafias, causantes del aumento de unos viajes casi suicidas a manos de personas cada vez más desesperadas.