Ourense mira al cielo con la esperanza de que la lluvia eche una mano en la lucha contra el fuego. Más de 7.600 hectáreas de bosque y monte bajo han ardido desde el domingo en esta provincia de Galicia, en el noroeste de España. En algunos puntos, las llamas han alcanzado a viviendas y maquinaria ag
Ourense mira al cielo con la esperanza de que la lluvia eche una mano en la lucha contra el fuego. Más de 7.600 hectáreas de bosque y monte bajo han ardido desde el domingo en esta provincia de Galicia, en el noroeste de España. En algunos puntos, las llamas han alcanzado a viviendas y maquinaria agrícola, aunque afortunadamente no hay que lamentar víctimas mortales.
En la mañana de este lunes, una decena de focos permanecían activos. Los más devastadores han golpeado los municipios de Vilariño de Conso y de Lobios-Río Caldo, donde en conjunto han ardido más de 4.000 hectáreas. Las autoridades no albergan dudas sobre la naturaleza criminal de estos incendios, que se produjeron de madrugada y de forma simultánea, y han solicitado la colaboración ciudadana para descubrir a los culpables.