La policía dispersa con cañones de agua a grupos de manifestantes en las calles de Tiflis. La oposición georgiana llama a la desobediencia civil para exigir la repetición de las elecciones generales celebradas el pasado 31 de octubre, que otorgaron la victoria a la formación política gobernante.
La policía dispersa con cañones de agua a los manifestantes opositores en las calles de Tiflis.
Todo mientras la oposición georgiana llama a la desobediencia civil para exigir la repetición de las elecciones generales celebradas el pasado 31 de octubre.
Los últimos disturbios han tenido lugar en la madrugada de este lunes, cuando decenas de manifestantes han intentado irrumpir en la sede de la Comisión Electoral Central (CEC).
Una movilización, convocada por el Movimiento Nacional Unido (MNU), la segunda fuerza política de Georgia, que junto a otras organizaciones denuncia la manipulación de los resultados.
Además de la repetición de los comicios reclaman la renovación de la propia Comisión Electoral Central.
Los incidentes se iniciaron tras un mitin que reunió a unas 15.000 personas en el centro de la capital del país, para denunciar las presuntas irregularidades cometidas durante el proceso electoral.
Según el escrutinio oficial, la formación política en el poder, Sueño Georgiano, obtuvo el 48% de los votos, con 61 escaños por asignación directa a las listas de los partidos.
A estos hay que sumar otros 13 parlamentarios elegidos en circunscripciones mayoritarias.
Aunque estas circunscripciones celebrarán una segunda vuelta el próximo día 21, nadie duda de que Sueño Georgiano logrará una holgada mayoría absoluta.
Sus líderes consideran "absurdas" las demandas de la oposición.