Francisco Sagasti ha asumido la Presidencia de Perú con el reto de devolver la confianza y la esperanza al país. Es el tercer presidente en ocho días y llega tras una semana de convulsión social y represión que ha dejado profundas heridas. La llamada Generación del Bicentenario no baja la guardia
PUBLICIDADSin crucifijo ni biblia y jurando tan solo "por la patria y por todos los peruanos". Así ha asumido el cargo Francisco Sagasti como presidente interino de Perú.
Sagasti promete dar al país confianza y esperanza, tras una semana de convulsión política, masivas protestas ciudadanas y represión policial, que dejó dos jóvenes muertos y una sociedad conmocionada. El discurso del flamante mandatario ha sido como un bálsamo con el que intenta curar las heridas abiertas en el país andino.
"En estos momentos de crisis sin precedentes y agudizados por estas catástrofes y por los problemas que tiene el país, problemas económicos, de salud, sociales y de seguridad, es fundamental, es absolutamente necesario, mantener la calma, la tranquilidad y la ecuanimidad -dijo en su discurso de investidura-. Pero no confundamos esto, por favor, con pasividad, con conformismo o con resignación. Por el contrario, tomemos estos tiempos turbulentos como un llamado a la acción, al compromiso de todos nosotros, peruanas y peruanos de buena voluntad, para cambiar la situación y salir de la crisis".
La Generación del Bicentenario no baja la guardia
Algunos llaman al presidente interino 'Don Quijote' y no solo por su aspecto, sino también por el enemigo al que se enfrenta. Tiene hasta julio para asegurar la transición política y garantizar la celebración de las elecciones generales de abril. Todo un desafío. Como muestra, es el tercer jefe de Estado que desfila por el cargo en apenas una semana. Los jóvenes de la llamada Generación del Bicentenario, hartos de corrupción y politiqueos, aseguran que no bajarán la guardia.