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¿El misterioso Oumuamua es una nave alienígena? Los astrónomos europeos, escépticos

Recreación del Oumuamua.
Recreación del Oumuamua. Derechos de autor Derechos de autor ESO/M. Kornmesser
Derechos de autor Derechos de autor ESO/M. Kornmesser
Por Marta Rodriguez Martinez
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Un reputado físico de la Universidad de Harvard insiste en que el objeto espacial divisado en 2017 con una misteriosa forma alargada es una nave espacial de origen alienígena, pero varios científicos europeos exponen a Euronews sus dudas al respecto.

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Para los científicos europeos consultados por Euronews, no hay nada que indique que Oumuamua, el misterioso objeto estelar alargado detectado en 2017 sea una nave alienígena.

El célebre astrofísico Stephen Hawking no tenía duda de que existía vida extraterrestre. "A medida que envejezco estoy más convencido que nunca de que no estamos solos”, afirmaba durante la emisión de “Stephen Hawking's Favorite Places” (Los lugares favoritos de Stephen Hawking). Un programa que se difundió en 2016, dos años antes de su muerte.

Un objeto especial alargado, bautizado como Oumuamua por el investigador de Astronomía de la Universidad de Hawaii que lo divisó por primera vez el 19 de octubre de 2017, ha vuelto a poner de actualidad esta gran incógnita de la humanidad: ¿existe vida inteligente más allá de nuestro planeta? Y de ser así, ¿nos habrían encontrado?

Ha sido el reputado físico de la Universidad de Harvard Abraham 'Avi' Loeb el que ha abierto, de nuevo, la puerta a la hipótesis de una posible visita alienígena al insistir en su nuevo libro en en que el Oumuamua podría ser un artilugio fabricado por una civilización tecnológica extraterrestre.

Loeb ya había defendido esta controvertida teoría en un artículo científico publicado en 2018 en el que sugería que la forma inusual de Oumuamua y su sorprendente aceleración indicaban que podría tratarse de una "vela de luz", o nave espacial impulsada por la luz del sol, hecha por extraterrestres.

Tanto entonces como en su nuevo trabajo, “Extraterrestre: La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra”, Loeb no afirma que sea una nave alienígena, pero incide en que es la mejor explicación a su misterioso origen y que los científicos deberían considerar la posibilidad.

¿Asteroide, cometa o nave espacial?

Su forma estirada símile a la de un puro, su luminosidad variable o el hecho de que no deje a su paso un rastro de gas o polvo, son algunas de las características de este misterioso objeto que han levantado las sospechas del reputado astrónomo israelí de que no estamos ante un asteroide o cometa.

“Una vez que me di cuenta de que el objeto se está moviendo de forma diferente a la esperada, entonces la pregunta es qué le da el empujón extra”, argumentaba Loeb la hipótesis alienígena en una entrevista con The New Yorker hace un año.

La aceleración del Oumuamua es mil veces más débil que la gravedad solar, lo que indica que Oumuamua, de ser una nave alienígena no estaría siendo propulsada. Pero Loeb lo achaca a que se trataría de un artefacto averiado.

El investigador científico Héctor Socas-Navarro del Instituto de Astrofísica de Canarias explica a Euronews que el Oumuamua es solo el primero del que se tiene constancia, pero que se espera que existan otros objetos vagando por el espacio interestelar y que de vez en cuando alguno entre en nuestro sistema solar.

La dificultad de detectarlos es que son pequeños y oscuros pero la nueva instrumentación que se está desarrollando hará posible más observaciones de este tipo en los próximos años, afirma Socas-Navarro: "Oumuamua fue el primero, luego se descubrió Borisov y se espera que se encuentren muchos más en los próximos años”.

“El problema con Oumuamua es que lo detectamos muy tarde, cuando ya estaba lejos y saliendo del sistema solar”, señala. “Así que tenemos pocos datos y muchos interrogantes, como siempre que se encuentra algo nuevo en ciencia".

Este científico español, también es director del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife, considera que los misterios en torno a este objeto no tienen por qué indicar que su origen sea extraterrestre: “Podemos ver una luz por la noche y no saber qué es. ¿Será un coche? ¿Una moto? ¿Alguien que pasea con una linterna? Podrían ser alienígenas pero no es lo que uno pensaría a priori”.

Cuando tienes un martillo todo parecen clavos. Sobre todo cuando nunca has visto un clavo.
Héctor Socas-Navarro
Investigador Científico, Instituto de Astrofísica de Canarias

Mientras Loeb apunta a las diferencias, Socas-Navarro mira a las similitudes del Oumuamua con algunas propiedades características de los cometas asteroides y encuentra una posible explicación a dos de sus factores más anómalos: la forma alargada y la ligerísima aceleración no gravitatoria.

“Existen procesos naturales que pueden conferir a una roca o un trozo de hielo una forma alargada en su viaje por el espacio (suponiendo que, efectivamente, sea alargado) y la aceleración que presenta Oumuamua es totalmente análoga a la que se observa en los cometas, tanto en magnitud como en dirección (alejándose del Sol)”.

Y en lo que respecta a la ausencia de cola o rastro de gas o polvo Socas-Navarro dice que “es cierto que en Oumuamua no se han observado estos gases emanando, lo que usa Loeb como argumento para sostener su hipótesis, pero también es cierto que nuestras observaciones de Oumuamua son muy pobres y existen explicaciones para esta no observación, dependiendo de su composición”.

Michael Kueppers, científico de la Agencia Espacial Europea (ESA), concuerda con Socas-Navarro en que la falta de datos no permite apoyar la teoría de Loeb de que el objeto es tecnología alienígena. Su misteriosa morfología, explica a Euronews, podría explicarse por su procedencia interestelar "la composición de un objeto de fuera del sistema solar puede ser diferente de un cometa del sistema solar".

¿Un mensaje en una botella o un clavo?

Socas-Navarro avala el prestigio internacional de Loeb y sus hallazgos científicos pero teme que la teoría de la nave alienígena sea deformación profesional.

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“Muchos astrofísicos tenemos (me incluyo) interés en estas búsquedas y nos encantaría encontrar evidencia de otras inteligencias en el Universo”, señala Socas-Navarro. “Pero, siendo honestos, solo podemos decir que hasta ahora no se ha encontrado nada y además es muy difícil que lo hagamos en un futuro previsible dado lo enormemente vacío que es el espacio interestelar".

"Cuando tienes un martillo todo parecen clavos. Sobre todo cuando nunca has visto un clavo”.

"Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias", coincide Kueppers.

En la entrevista de 2019 de la revista New Yorker, Loeb hipotetizaba con que Oumuamua fuera un mensaje del pasado, y que la civilización que habría enviado la nave espcial ya no existiera.

“Nosotros mismos enviamos la Voyager I y la Voyager II”, argumentaba.

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Entonces decía que el Oumuamua le hacía pensar a sus paseos por la orilla de la playa con su hija. Normalmente encontraban conchas marinas arrastradas por las mareas y algunas veces, objetos de origen artificial.

El Oumuamua “podría ser un mensaje en una botella, y deberíamos tener la mente abierta”, concluía.

Hawking no solo estaba seguro de la existencia de vida inteligente extraterrestre sino que la temía y comparaba el potencial destructivo de la llegada a la Tierra de unos alinígenas avanzados con el desembarco de Cristóbal Colón para las poblaciones nativas de América.

"Quizás se convertirían en nómadas, buscando conquistar y colonizar cualquier planeta al que pudieran llegar", dijo. "¿Quién sabe cuáles serían los límites?"

Loeb dice que si son pacíficos podemos aprender mucho de ellos.

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