El médico Rafael Galindo, de 66 años, es popular en el barrio de Iztapalapa. Lleva más de 40 años ofreciendo sus servicios en donde pocos se atreven a ir debido a los altos índices de criminalidad.
PUBLICIDADDesde muy temprano, el doctor Rafael Galindo comienza sus consultas en Iztapalapa, el barrio más grande de Ciudad de México, con 1,8 millones de habitantes. Acompañado de su botiquín Galindo atiende a los que no pueden costear una atención médica privada.
El médico de 66 años es popular en el barrio, lleva más de 40 años ofreciendo sus servicios en donde pocos se atreven a ir debido a los altos índices de criminalidad. Y como cualquier localidad mexicana, Iztapalapa ha sufrido las consecuencias de la pandemia, registra más de 76.000 contagios de los más de medio millón que suma la capital.
Galindo dice que el 98% de sus pacientes ha superado la COVID-19. Sin embargo, su familia teme por su salud.
"¿Cómo me siento? Bien, satisfecho; peleando con la familia porque no quieren que atienda los casos de COVID-19, porque ya no soy joven. Tengo 66 años. Estoy en una edad de riesgo pero yo digo que elegí esta profesión".
Este médico de familia relata que sus pacientes han adaptado compresores de pecera o nebulizadores como alternativa a los respiradores y así sobrevivir al virus.
México vive su peor momento de la crisis sanitaria. Bordea los 2 millones de casos confirmados, en los hospitales comienza a escasear el óxigeno y las campañas de vacunación avanzan con lentitud. Mientras tanto este médico hace un trabajo valioso pero anónimo para el país.