Gigantes amarrados a puerto: ya no hay turismo de crucero en Marsella
En las primeras semanas de la pandemia, puertos de todo el mundo vetaron la entrada a los cruceros turísticos. También ocurrió en Marsella, en el sur de Francia. Ahora los "gigantes marinos" llevan meses amarrados al muelle para descanso de muchos...
"La música, los anuncios por megafonía, en tres idiomas diferentes, desde aquí todo eso se escuchaba como tú me escuchas ahora, eso se ha ido y no es malo", explicaba un jubilado desde el balcón de su vivienda.
La reducción de la polución sonora no es el único beneficio que sienten los marselleses. También ha mejorado, y mucho, la calidad del aire:
"Es importante saber que el tráfico marítimo, los cruceros, los transbordadores, representan el 40% de la contaminación atmosférica de Marsella. Eso es tanto como el tráfico rodado y tiene un impacto considerable. La crisis sanitaria ha llevado a una reducción significativa de la contaminación en Marsella", sentencia Sébastien Barles, concejal de Transición Ecológica.
Pero la ausencia del turismo de crucero supone también un quebranto económico para muchos comerciantes. Serge Bruna, que regenta una tienda de jabones, ha sufrido un descenso del 90% de esas ventas. Otros establecimientos, sobre todo bares y restaurantes, han sufrido largos cierres y muchos no volverán a reabrir. Las ayudas del Gobierno apenas sirven para cubrir parte los gastos corrientes. El resto recae sobre los ahorros, si los tienen, de los propietarios o sobre préstamos que tal vez no podrán devolver.