Birmania | Al menos seis muertos por disparos de la Policía contra los manifestantes. Este domingo ha sido la jornada más sangrienta desde el golpe de Estado. La Policía ha disparado munición real contra los manifestantes en al menos tres ciudades
Birmania vivió este domingo la jornada más sangrienta desde el golpe de Estado. La policía disparó munición real contra los manifestantes en varias localidades. No se conocen todos los datos, pero ya se ha confirmado la muerte de al menos seis personas. Hay decenas de heridos y los detenidos se cuentan por centenares.
Las fuerzas de seguridad abrieron fuego de manera indiscriminada en al menos tres ciudades, Rangún, la antigua capital, Dawei y Mandalay, para reprimir las manifestaciones masivas que exigen a los militares que devuelvan el poder al pueblo y liberen a los políticos detenidos tras golpe de Estado.
La Policía también usó balas de goma, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras. Pese a las cargas y la violencia policial, los manifestantes regresan una vez tras otra a las calles.
"Birmania es un campo de batalla", ha afirmado en un tuit el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún, para describir la situación actual del país.
La Junta Militar ha destituido al embajador de Birmania en Naciones Unidas, después de que este pidiera el viernes en un discurso medidas contundentes para terminar con el Gobierno militar.
