El largo y difícil camino de Moldavia para inmunizar a su población de la COVID-19

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Por Julian GOMEZ
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Reportaje | Además de problemas financieros, el camino hacia la vacunación en Moldavia ha estado obstaculizado por retrasos burocráticos, desconfianza social, acusaciones de corrupción e inestabilidad política.

En el mayor hospital de Moldavia, en la capital del país Chisinau, hablamos con una internista particularmente exhausta. Ala Rusnac ha vivido en las trincheras de la COVID 19, tanto en la Unidad de Cuidados Intensivos aquí como en tanto que paciente.

Desarrolló una neumonía severa y estuvo de baja un mes. Fue finalmente vacunada el 2 de Marzo, exactamente el día del lanzamiento de la campaña de vacunación en Moldavia.

"Estoy convencida de que las vacunas son la única forma de resolver los problemas ligados a la COVID-19, de disminuir la tasa de mortalidad y el número de pacientes con formas severas o muy severas de la enfermedad. Las vacunas son nuestra mejor apuesta por la vida, la única salida", dice Rusnac.

Sin embargo, la vacunación recibida por la doctora es todavía una excepción en uno de los países más pobres de Europa. Moldavia ha recibido por ahora apenas 36.000 dosis, apenas suficientes para algo más del 1 por ciento de sus dos millones seiscientos mil habitantes.

Las vacunas existentes ni siquiera pueden inmunizar al colectivo considerado prioritario en el país; los 60.000 integrantes de su personal sanitario. Una estrategia en tres fases está lista para ser implementada, explica a Euronews uno de los coordinadores del Programa Nacional de Vacunas.

"Para mantener nuestro objetivo de inmunizar al 70 por ciento de nuestra población, tendremos que seguir negociando con los laboratorios. Pero somos un país pequeño, con muy pocos habitantes. Los laboratorios no tienen tanto interés en negociar con nosotros como con otros países más grandes. Estamos haciendo muchos esfuerzos para conseguir dosis adicionales", señala Alexei Ceban, coordinador del programa de vacunas de la Agencia Pública de Salud de Moldavia.

Nuestro equipo de producción asistió a la distribución de ayuda humanitaria entre población envejecida, aislada de un barrio pobre de la capital. La semana de nuestro rodaje, la tasa de mortalidad aquí casi se había doblado respecto a la semana anterior. Y sin embargo, no hay esperanzas de vacunación a la vista.

"La gente se fia de nosotros, los curas; comparten sus dudas, nos hacen preguntas. Pero como la campaña de vacunas aquí no ha empezado todavía, nadie habla todavía de ella. Sé que hay mucho debate en la sociedad, gente que está a favor o en contra; sé que hay mucha información en los medios de comunicación y en las plataformas de medios sociales. Pero para la gente aquí, las vacunas no constituyen todavía una realidad tangible; no son un tema de conversación", nos comparte Andrian Agapi, de la ONG 'Diaconia'. 

En la Casa Presidencial, nos reunimos en la recién elegida Presidenta del País y europeísta convencida, Maia Sandu.

Tras su elección, y como gesto de bienvenida, la vecina Rumanía prometió 200,000 dosis. Moldavia debería recibir además de forma gratutita el 20 por ciento de sus necesidades de vacunas a través del programa COVAX, coesponsorizado por la Organización Mundial de la Salud. El país sigue además negociando la compra de dosis a tarifas preferentes a través del mismo programa y con negociaciones directas con los laboratorios.

Pero, además de problemas financieros, el camino hacia la vacunación en Moldavia ha estado obstaculizado por retrasos burocráticos, desconfianza social, acusaciones de corrupción e inestabilidad política. Y todos estos obstáculos deben ser afrontados, nos dice la presidenta Sandu.

"Hay otros Estados con instituciones más fuertes, en mejor situación, y cuyas campañas de vacunación también están resultando complicadas. Imaginénse lo difícil que le resulta a un país con instituciones políticas mucho más débiles, como Moldavia. Y tengo que decir que el país ha sido especialmente debilitado por la corrupción. Por ello la lucha contra la corrupción y la reforma de la justicia son puntos muy importantes en mi agenda política, y en la voluntad de la gente en Moldavia. Por supuesto, con instituciones débiles es mucho más difícil organizar las cosas, y estar a la altura de las expectativas de la gente. Y ello es una razón de más para avanzar en estas reformas. Necesitamos mejorar nuestro gobierno, necesitamos deshacernos de los corruptos que están intentando ganar dinero incluso de la situación sanitaria actual".

Sin soluciones a corto plazo, el país se arriesga a estar más aislado. Unos 800.000 moldavos, casi el 30% de la población, trabajan en el extranjero, a menudo con contratos temporales en países como Alemania o Rumanía. Una política de vacunación ineficaz podría complicar sus mobilidad y sus expectativas.

Una trabajadora expatriada temporal en países como Ucrania, Rusia, Suiza o Irlanda, Ala Tocarciuc es una experta independiente en políticas sanitarias.

La entrevistamos justo después de sus ejercicios diarios de marcha, que comenzó tras ser diagnosticada con COVID-19.

"Es una evidencia que salir o entrar en Moldavia pronto dependerá de la vacuna. Hay ya muchas preguntas en el aire: si acabará habiendo un pasaporte de vacunas, y cómo ello influirá en la mobilidad de la gente. Todo está relacionado. El éxito de la campaña global de vacunas determinará el éxito de la campaña aquí en Moldavia. E inversamente, nuestro progreso respecto a la campaña de vacunación también influirá en el proceso de la campaña global", cuenta Tocarciuc.

Algo más tarde esa noche, tomamos la medida de la situación en la estación central de Autobuses de la capital. La mayor agencia de viajes aquí solía fletar 10 autobuses diarios a Bucarest. Muchos de los pasajeros eran trabajadores expatriados. Ahora hay sólo dos servicios diarios, y el director de la agencia nos dice que tendrá suerte si vende 10 billetes.

"Si las vacunas son la única solución para regresar a una cierta normalidad, de volver a abrir las fronteras para nuestros clientes y de salvar nuestro negocio, por supuesto que vacunaremos a nuestros conductores. Pero hay mucha gente que aún tiene muchas dudas respecto a las vacunas, hay mucha desinformación. Necesitamos detalles claros sobre riesgos, beneficios y las perspectivas que la vacunas pueden aportar", asegura Eugeniu Galupa, el director general de la Agencia Nacional de Transportes y Servicios Auxiliares.

Periodista • Julian GOMEZ

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