En Schaffhausen los suizos exigieron el fin de las restricciones en una concentración sin mascarillas, mientras que en Roma y Sarajevo el malestar es impulsado por el cierre de los comercios de entretenimiento y la lentitud de la campaña de vacunación, respectivamente.
PUBLICIDADEn Suiza se hace cada vez más recurrente las manifestaciones contra las medidas sanitarias. Este sábado, un centenar de manifestantes mostraron su desacuerdo en la ciudad de Schaffhausen.
La concentración no estaba autorizada pero la policía no intervino ya que trancurrió de forma pacífica.
De hecho, la ciudad había temido exactamente este escenario y volvió a retirar el jueves el permiso inicialmente concedido a la concentración. El Ayuntamiento lo justificó con el hecho de que probablemente no se respetaría el requisito de la mascarilla, como ocurrió con las manifestaciones en las localidades de Altorf y Liestal.
En Bosnia, los ciudadanos volvieron a a la calles para continuar con la protesta bautizada "La lucha por la vida" en la que expresan su descontento por la gestión de la pandemia, especialmente por la lentitud de la camapaña de vacunación.
Los manifestantes exigen la renuncia del Gobierno desde la la primera protesta que tuvo lugar el 6 de abril. Piden además el nombramiento de un nuevo Consejo de Ministros de Bosnia y el Gobierno de la entidad de la Federación del país (FBiH) que presente un plan de acción claro y aplicable para combatir la pandemia y la gestión de la crisis en un plazo de 14 días.
El malestar también es palpable en Roma, donde más de 1 000 trabajadores italianos protestaron por el cierre de los negocios de entretenimiento.
No hay una fecha de reapertura en el horizonte. El Gobierno prefiere no dar falsas esperanzas a uno de los sectores más afectados por la pandemia. En italia, el sector lleva 419 días sin trabajar debido a la restricciones.
Es la segunda vez que protestan con la misma coreografía multitudinaria que también tuvo lugar en la ciudad de Milán hace unos días.
Los manifestantes llegaron con sus baúles, símbolo de su profesión, todos vestidos de negro en señal de luto, espaciados y respetuosos con las normas anti-covid. Hicieron sonar y golpear sus baúles para hacer ruido y llamar la atención sobre su preocupante situación pidiendo trabajar.