La cantante portuguesa Lara Martins cuenta como ha readaptado su trabajo para poder seguir viviendo de lo que mejor hace y más ama, la música.
"Trabajé en este teatro durante seis años, desde 2012 hasta 2018. Y es duro pasar por aquí y ver sus puertas cerradas, sin público ni artistas dentro. Cuando piensas en un espectáculo que lleva 33 años en cartel, con entradas agotadas cada noche, y que por culpa de esta pandemia ahora esté vacío, sin nada dentro... Es muy triste, de verdad, muy triste".
Son palabras de la cantante portuguesa Lara Martins frente a la obra 'El fantasma de la Ópera' en Londres, una víctima más del cierre forzoso desde hace más de un año de un sinfín de recintos artísticos en toda Europa. Una situación que ha supuesto un desafío sin precedentes para muchos profesionales.
Lara Martins es el perfecto ejemplo de una clase que intenta adaptarse a una nueva realidad, la del trabajo a distancia. Una historia de resiliencia y de determinación. En el caso de Martins, la enseñanza a distancia se convirtió prácticamente en una obligación para poder ganarse la vida.
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Pero, ¿cuáles son las diferencias? ¿Qué es lo que se gana y qué es lo que se pierde?. Se lo preguntamos a una de las alumnas de Martins, Carolina Santos, que reconoce que hay "algunas diferencias entre tener clases de canto en vivo u online. Por ejemplo, el alumno de canto puede tener algunos malos hábitos que sólo en las clases presenciales se notan".
Martins nos explica por su parte como tuvo que "replantearme por completo la forma de hacer mi trabajo. Y fue todo un reto. Obviamente, soy una artista que trabaja principalmente en el teatro en vivo, y tuve que readaptar todo eso a un trabajo online".
Martins reconoce también como la tecnología ha sido "una verdadera salvación para todos, incluidos nosotros, los artistas. Obviamente, nada sustituye a la actuación en directo, pero aún así hemos podido dar clases online, hacer conciertos desde nuestros salones, realizar algunas grabaciones... Así que ha sido algo increíble. Esto sólo demuestra que los artistas nunca nos rendimos", dice orgullosa Martins.