Francia vuelve a ir al restaurante después de 7 meses privándose

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Ir al restaurante, un placer recobrado por los franceses, De nuevo, Yannis recibe a sus clientes, la mayoría habituales, en su restaurante de las afueras de Lyon. Respeta el protocolo impuesto por el Gobierno: servicio solo en la terraza, el 50% del aforo, y mesas de 6 comensales como máximo. Un momento emocionante para este chef , tras casi 7 meses de cierre.

Yannis Rousseau, gerente de La Chopinette:

"La solidaridad de nuestros fieles clientes, es total. Esta mañana nos han llamado personas que querían reservar, pero también gente que sólo llamaba para darnos ánimos. Nos hemos dado cuenta del aprecio que nos tienen, de que somos útiles, de que es en los bares y restaurantes donde se crea el vínculo social".

Y las reservas no faltan para La Chopinette, que abrió sus puertas hace tres años, Los habituales ya no aguantaban más.

"De nuevo un restaurante, de nuevo momentos de placer, de nuevo buenos olores, de nuevo buena comida, sienta bien, lo echamos de menos."- dice un comensal.

"Vinimos a apoyar a nuestros comerciantes, a ayudarles a empezar de nuevo, devolverles la amabilidad que tuvieron con nosotros"-dice otro.

En las calles de Lyon, las terrazas están abarrotadas. Los restauradores aseguran respetar el aforo. La policía municipal patrulla, pero el ambiente parece ser de tolerancia ante unos clientes decididos a disfrutar como sea.

"Nos sentamos donde había sitio porque todo está a tope." -asegura una chica.

Tanto los consumidores como los profesionales se preguntan cuánto durará esta libertad. Los restauradores, que han sobrevivido bastante bien al encierro gracias a las ayudas estatales, se encuentran con otro problema.

Philippe Langlois, gerente de "l'épicerie Bistrot de Tartines":

"Las personas que trabajaban la restauración y sobre todo en mi caso, han encontrado trabajo fuera, en el campo de la medicina, por ejemplo, así que hoy encontrar el personal no es sencillo, vamos a volver a contratar"

Este miércoles Francia también reabrió tiendas, cines y lugares de ocio, con medidas especiales, pero con la cantinela de la precaución como música de fondo.