España y Polonia celebran la primera cumbre bilateral en cuatro años con la intención de tender puentes pese a las diferencia que mantienen. Al encuentro en Alcalá de Henares acudieron los dos jefes de Gobierno, Pedro Sánchez y Mateusz Morawiecki, acompañados por una docena de ministros
España y Polonia, dos países tan parecidos en muchos aspectos y, al mismo tiempo, tan distantes en otros. Tras cuatro años sin celebrar ninguna cumbre bilateral, los jefes de Gobierno español y el polaco, Pedro Sánchez y Mateus Morawiecki, acompañados por una docena de sus ministros, se han reunido en Alcalá de Henares con la intención de reforzar las relaciones, pese a las diferencias que mantienen en el seno de la Unión Europea.
España y Polonia, con un tamaño y población similares, son, respectivamente, la cuarta y la quinta economía del bloque comunitario. Su balanza comercial es equilibrada, de 11 600 millones de euros el año pasado. Numerosas empresas españolas operan en Polonia y el Gobierno de Madrid considera que aún hay un gran potencial que se debe aprovechar.
Diferencias muy importantes: solidaridad en inmigración, aborto, derechos de los homosexuales...
Sin embargo, desde un punto de vista político, el Gobierno progresista español y el polaco, del partido conservador y nacionalista Ley y Justicia, mantienen diferencias muy importantes.
En primer lugar, en la política de migración y asilo de la Unión Europea, pues Polonia se opone al principio de solidaridad, que busca un reparto de los solicitantes de asilo entre todos los países comunitarios y, por ende, se niega a aceptar migrantes en su territorio. No obstante, Polonia ha apoyado a España en la reciente crisis migratoria en Ceuta.
También chocaron cuando Polonia puso trabas al acuerdo sobre los fondos europeos de recuperación, aunque Varsovia acabó aceptando y esta semana ha dado su bendición al mecanismo.
Pero donde la distancia parece insalvable es en cuestiones como el aborto o los derechos de los homosexuales.
En esta cumbre se han firmado seis memorandos en materia de asuntos exteriores, ciberseguridad, transportes e industria, además de una declaración bilateral. Su celebración Alcalá de Henares ha tenido un carácter simbólico, ya que en esta localidad madrileña hay una gran comunidad de ciudadanos polacos.