Por Jeffrey Heller
JERUSALÉN, 8 jun - El actual primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se enfrentará el domingo al probable fin de su larga permanencia en el poder en el país, cuando su asamblea nacional vote la aprobación de un insólito Gobierno de diversos partidos que se unieron para destituirlo.
"¡Está ocurriendo!", dijo el martes en Twitter el líder de la oposición, Yair Lapid, del partido centrista Yesh Atid, después de que el presidente del Parlamento anunciara la sesión extraordinaria del 13 de junio.
En principio, la coalición de partidos de derecha, izquierda, centristas y árabes tiene mayoría en la Knéset, de 120 miembros, y tomaría posesión el mismo día una vez el Parlamento lo apruebe, con el nacionalista Naftali Bennett como primer ministro.
"El Gobierno de unidad está en camino, por el bien de los ciudadanos del Estado de Israel", tuiteó Lapid.
Con el tiempo agotado para Netanyahu, los miembros de su partido derechista Likud dijeron que lucharía hasta el final para tratar de evitar su salida, pero los esfuerzos para persuadir a miembros de la nueva coalición a desertar han sido infructuosos hasta ahora.
Si se ve relegado a los escaños de la oposición, es probable que Netanyahu, de 71 años, siga presionando con el mensaje de que el nuevo Gobierno no contará con el apoyo de sus miembros de izquierdas si es necesario tomar medidas militares contra los enemigos de Israel. El mandatario ha prometido derrocar al nuevo gabinete rápidamente.
La alianza podría ser frágil, ya que sus miembros -incluido un partido árabe por primera vez en la historia de Israel- tienen poco en común, aparte del deseo de derrocar a Netanyahu, que lleva en el cargo de forma consecutiva desde 2009.
En virtud de un acuerdo de "rotación", Bennett, exministro de Defensa y magnate tecnológico, ocupará el cargo de primer ministro hasta 2023, año en que Lapid, un popular presentador de televisión, tomaría el relevo.
Ante la improbabilidad de un acuerdo en la amplia coalición sobre cuestiones importantes como el conflicto israelí-palestino y los asentamientos judíos en el territorio ocupado de Cisjordania, sus líderes han dicho que se centrarán sobre todo en la política económica y social.
Para los partidarios de Netanyahu, apodados "Bibi-istas", el dirigente sigue siendo un líder combativo y duro en materia de seguridad y un baluarte contra la presión internacional para cualquier paso audaz en la diplomacia de Oriente Medio que pueda conducir a un Estado palestino.
Sus oponentes han señalado el juicio por corrupción, en el que ha negado cualquier delito, como razón principal por la que Israel necesita sustituir a su dirigente más veterano, argumentando que Netanyahu podría aprovechar un nuevo mandato para legislar la inmunidad necesaria para protegerse.