17 jun - El presidente de Irán hizo un llamamiento a los votantes para que dejen de lado sus quejas y participen en las elecciones presidenciales del viernes, que se espera que un número récord de personas boicoteen debido a las dificultades económicas y a la frustración con el Gobierno de línea dura.
Ebrahim Raisi, máximo dirigente de la Judicatura y miembro del ala dura, y el exgobernador del Banco Central, Abdolnasser Hemmati, de discurso moderado, son los principales contendientes después de que el Consejo de Guardianes, de corte ultraconservador, descalificara a varios candidatos destacados y otros renunciaran.
El presidente Hassan Rouhani, relativamente moderado, instó a los iraníes el jueves, al finalizar la campaña, a no dejar que las "deficiencias de una institución o un grupo" les impidan votar, en aparente referencia al Consejo de Guardianes.
"De momento, no pensemos en los agravios de mañana", dijo Rouhani en declaraciones televisadas.
El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, ya ha instado a la población a acudir en masa a las urnas, diciendo que eso ayudaría a evitar las presiones extranjeras sobre la República Islámica.
Los sondeos oficiales sugieren que la participación podría ser de hasta un 41%, significativamente menor que en las pasadas elecciones.
Además de la indignación por la descalificación de aspirantes moderados, los agravios incluyen las dificultades económicas exacerbadas por las sanciones de Estados Unidos, así como la corrupción oficial, la mala gestión y la represión de las protestas en 2019 provocadas por el aumento de los precios del combustible.
El derribo accidental de un avión ucraniano en Irán en enero del año pasado, en el que murieron 176 personas, también minó la confianza de la población.
"Votar sería un insulto a mi inteligencia", dijo Fatemeh, de 55 años, declinando dar su segundo nombre por temor a represalias. "Raisi ya ha sido seleccionado por el Gobierno independientemente de a quién votemos".
Destacados disidentes dentro y fuera del país han pedido a sus compatriotas que desprecien las elecciones, entre ellos el ex príncipe heredero Reza Pahlavi, en el exilio, y Mirhossein Mousavi, dirigente de la oposición bajo arresto domiciliario desde 2011.
Por otro lado, muchos de los principales reformistas han apoyado a Hemmati, incluido el expresidente Mohammad Khatami, argumentando que un boicot masivo garantizaría la victoria de Raisi.
Según la Constitución iraní, el líder supremo, que ostenta su cargo de forma vitalicia y es responsable de elegir a seis de los 12 miembros del Consejo de Guardianes, tiene la mayoría de los poderes del Estado.