Por Alistair Smout y Elizabeth Piper
LONDRES, 18 jun - El primer ministro británico, Boris Johnson, sufrió una dura derrota el viernes, en unas elecciones en las afueras de Londres en las que el gobernante Partido Conservador perdió un escaño parlamentario considerado seguro frente a los liberales demócratas.
Los conservadores habían retenido con comodidad el frondoso y próspero distrito electoral de Chesham y Amersham, en el sur de Inglaterra, desde su creación en 1974, logrando más del 50% de los votos en todas las ocasiones. En los últimos comicios de 2019, la conservadora Cheryl Gillan, que murió este año, ganó por una mayoría de 16.223 votos.
Desde el divisivo referéndum de 2016, el Brexit ha ayudado a remodelar el panorama político de Reino Unido, con cambios de lealtades partidistas por parte de las personas de una manera que no se había visto en generaciones. El apoyo a los conservadores ha subido en el norte de Inglaterra.
El miércoles, Sarah Green, la candidata de los Demócratas Liberales -un partido centrista y pro-Unión Europea- obtuvo una mayoría de 8.028 votos sobre el candidato conservador. El principal partido opositor, el laborista, quedó en cuarto lugar, con el 1,6% de los sufragios, su peor resultado en décadas.
Johnson dijo que fue un "resultado decepcionante", sugiriendo que había "circunstancias particulares" en la zona y que "es un poco extraño" sugerir que su partido está a la defensiva.
"Somos un gran partido de una sola nación y continuaremos con nuestra misión de unidad y subir de nivel porque es la mejor manera de generar empleos y prosperidad en todo el país", dijo a los periodistas.
El resultado podría provocar cierto nerviosismo en el Partido Conservador, que se ha puesto como objetivo a los votantes tradicionales que apoyan a los laboristas en el norte de Inglaterra pero, según algunos de sus legisladores, ha ignorado cada vez más sus bastiones en el sur.
El escaño parlamentario de Johnson está a solo 16 kilómetros de distancia, en el oeste de Londres.