BOGOTÁ, 29 jun - Las Fuerzas Militares de Colombia confiscaron seis toneladas de cocaína a la guerrilla izquierdista del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en una zona selvática del suroeste del país, en el mayor decomiso de droga al grupo rebelde en lo que va del año, informó el martes el ministro de Defensa, Diego Molano.
La cocaína se confiscó en una operación antidrogas del Comando Contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales del Ejército con el apoyo de la Fuerza Aérea en zona rural del municipio de Samaniego, en el departamento de Nariño, cerca de la Costa Pacífica.
"Este golpe afecta las finanzas de este grupo criminal, narcotraficante y terrorista", dijo Molano en una declaración a periodistas, al revelar que la droga se confiscó en un complejo para la producción de cocaína que le dejaba mensualmente al ELN ocho millones de dólares de ganancias.
A pesar de décadas de lucha contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo uno de los principales productores mundiales de cocaína y enfrenta la presión de Estados Unidos para reducir los cultivos de hoja de coca y la producción de la droga que financia a los grupos armados ilegales, en medio de un conflicto interno de más de medio siglo.
Los cultivos de hoja de coca en Colombia aumentaron a 245.000 hectáreas al cierre del 2020 y su capacidad para producir cocaína subió a 1.010 toneladas métricas anuales, las cifras más altas en las mediciones de Estados Unidos, según un reciente informe de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca.
Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional erradicaron 130.000 hectáreas de hoja de coca en 2020 y confiscaron una cifra récord de 505 toneladas de cocaína.
El ELN, conformado por unos 2.500 combatientes y al que Estados Unidos y la Unión Europea consideran una organización terrorista, surgió en 1964 inspirado en la revolución cubana con el apoyo de sacerdotes católicos radicales.
El grupo rebelde, acusado de financiarse del secuestro, la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal, ha fracasado en la búsqueda de un acuerdo de paz para acabar con una confrontación que ha dejado 260.000 muertos, debido a sus posiciones radicales, una cadena de mando difusa y disenso en sus filas.
Los máximos líderes del ELN niegan que esa guerrilla esté involucrada en el narcotráfico y aseguran que se trata de una estrategia del Gobierno para desacreditarla.