A menos de una semana para la repetición de las elecciones legislativas, su líder Kornelia Ninova nos habla sobre los cambios en su estructura.
PUBLICIDADBulgaria celebrará el próximo domingo las segundas elecciones legisltativas del año, tras el fracaso en formar Gobierno con los resultados de las de abril. El Partido Socialista, el más veterano del panorama político del país, acaba de festejar su 130 aniversario.
Todos los años organiza una convención a los pies del decrépito monumento Buluzdja, una reliquia comunista que vio tiempos mejores.
Una formación antisistema
"El Partido Socialista lleva algún tiempo en declive, especialmente desde los comicios de abril, en los que perdió al 10% de sus votantes", comenta el periodista de Euronews Damian Vodenitcharov. "Intenta ahora reinventarse a sí mismo como formación antisistema.
Su líder Korneliya Ninova asegura que intenta cambiar completamente su forma de gestionarlo.
"Comencé una reforma difícil dentro del partido. Introdujimos mandatos tanto para diputados como para el presidente. El presidente es elegido directamente con el fin de eliminar acuerdos secretos dentro de la formación. Un pequeño círculo solía decidir quién debía estar en el poder. He sido objeto de ataques por esto".
Las culpas del pasado
Ninova acusaba al ex primer ministro conservador Boiko Borisov de corrupción e indulgencia con los oligarcas. Sin embargo, en 2013, el propio Partido Socialista eligió al magnate de los medios Delian Peevski como jefe de la agencia de seguridad más importante del país. Ninova también lo votó. Ahora dice que no fue culpa suya.
"No puedo aceptar ser culpada de decisiones pasadas que no tomamos ni mi equipo ni yo. Yo he sido responsable del Partido Socialista en los últimos cuatro años. Asumo toda la responsabilidad de cada decisión tomada desde entonces. Pregúnteme cualquier cosa de este período".
Las encuestas lo colocan en tercer lugar con el 15% de los votos.