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Barcelona apuesta por un futuro verde y sin coches impulsado por la pandemia

Barcelona apuesta por un futuro verde y sin coches impulsado por la pandemia
Barcelona apuesta por un futuro verde y sin coches impulsado por la pandemia Derechos de autor Thomson Reuters 2021
Derechos de autor Thomson Reuters 2021
Por Reuters
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Por Joan Faus

BARCELONA, 4 ago - Cuando España levantó sus estricto confinamiento por la pandemia de COVID-19 a mediados del año pasado, los residentes de Barcelona descubrieron que algunas de sus calles no eran como las recordaban.

La calle Consell de Cent, que atraviesa el centro de la ciudad, había perdido dos de sus tres carriles para coches en favor de una acera ampliada y ahora pintada de amarillo.

Los cambios, calificados en un principio como provisionales por las autoridades municipales, siguen vigentes un año después, a pesar de la oposición de algunos grupos empresariales.

Y se avecinan más cambios bajo el plan para convertir 21 calles, con un total de 33 km, en espacios verdes para los peatones.

El proyecto ilustra cómo ha influido la pandemia en la planificación urbana en todo el mundo, acelerando cambios como el aumento de los carriles bici y la reducción de los coches en medio de la creciente preocupación por el cambio climático.

Desde marzo de 2020, Barcelona ha recuperado unas ocho hectáreas del paisaje urbano de los vehículos a motor, transformándolas en aceras, zonas de juego, carriles bici o terrazas de restaurantes, con el argumento de que la gente necesita más espacio para evitar el COVID-19.

Junto con París, que también ha creado más carriles para bicicletas, Barcelona ha aprovechado la pandemia para adoptar una reforma urbana.

El plan ha suscitado fuertes críticas de Foment del Treball, un sindicato empresarial regional, que afirma que podría costar 50.000 puestos de trabajo, en parte porque dificulta el aparcamiento de las furgonetas de reparto, mientras que los comercios podrían perder clientes de fuera de la ciudad.

Sin embargo, el arquitecto jefe de Barcelona, Xavi Matilla, dijo que la ciudad se había adaptado bien a menos carriles para coches, mientras que cree que más espacio para los peatones debería impulsar el comercio local.

Matilla afirmó que la crisis sanitaria ha demostrado que si las ciudades no se vuelven más verdes, más gente se irá, siguiendo a los que ya se han trasladado a zonas rurales con mejor calidad de aire y más espacio al aire libre durante el último año.

El gobierno municipal de izquierdas de Barcelona pretende transformar un tercio de todas las calles del distrito del Eixample, famoso por sus edificios modernistas, en un llamado eje verde peatonal para 2030, completando las cuatro primeras, entre ellas Consell de Cent, para 2023.

El impulso es tanto impulsado por la pandemia como de carácter medioambiental, ya que la segunda ciudad más grande de España busca mejorar la calidad del aire.

La Comisión Europea pidió al Tribunal de Justicia Europeo que tomara medidas contra España en 2019 después de que Madrid y Barcelona superaran regularmente los límites legales de dióxido de nitrógeno, diciendo que esto podría causar casi 9.000 muertes prematuras al año.

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