Si antes la vida en las calles de Sao Paulo era un mundo mayoritariamente masculino y solitario, ahora se pueden encontrar familias enteras. La pandemia ha agravado la situación de forma dramática.
São Paulo es la ciudad más rica de Brasil, pero la riqueza no llega a todos y, entre los más de 12 millones de habitantes, hay muchos que no tienen techo. La pandemia ha agravado la situación y ha cambiado el perfil de los sintecho.
Si antes la vida en la calle era un mundo mayoritariamente masculino y solitario, ahora se pueden encontrar familias enteras.
Para Monica Silva França, cuando su casero duplicó el alquiler tuvo que buscar un nuevo trabajo con sus hijas.
"¿Se supone que debemos vivir sólo para pagar el alquiler, sólo para pagar una casa? Entonces no llenamos la barriga, ¿verdad? ¿No tenemos más necesidades que la vivienda?", dice.
Sus hijas la ayudan a recoger material reciclable, lo que garantiza un ingreso diario de entre 3 y 5 euros. La ayuda concedida por el gobierno de Jair Bolsonaro durante la pandemia cayó de 600 a 150 reales y ahora ronda los 25 euros mensuales.
"Es demasiado tarde, un año y medio después del comienzo de la pandemia, el gobierno está abriendo algunos refugios para mujeres con niño", asegura el padre Julio Lancellotti.
El padre Lancelotti calcula que actualmente hay 35.000 personas sin hogar en Sao Paulo, diez mil más que en el último recuento de 2019. Su iglesia hace lo que puede, pero no es suficiente.
Sara, una sin techo con una hija de menos de un año de edad, dice sentirse desesperada.
"Es muy difícil. Cuando mi bebé quiere algo y no puedo dárselo. Es horrible. No tengo pañales ni leche. Y no hay nadie que quiera ayudarme. Es realmente horrible".