12 nov - Un grupo de bandas haitianas levantará temporalmente el bloqueo de las terminales de combustible para permitir la distribución de gasolina tras semanas de escasez, dijo el viernes un líder de una pandilla, añadiendo que siguen exigiendo la renuncia del primer ministro.
La coalición de bandas G9 lleva casi un mes impidiendo que los camiones lleguen a la terminal de combustible de Varreux, a las afueras de Puerto Príncipe, lo que ha provocado una escasez que ha obligado a hospitales, empresas y escuelas a limitar sus operaciones.
El líder del G9, Jimmy "Barbacoa" Cherizier, dijo el mes pasado que quería forzar la dimisión del primer ministro Ariel Henry, quien en respuesta ha dicho que el gobierno no negociará con delincuentes.
"Las puertas de la planta de Varreux están abiertas de par en par para que los camiones puedan abastecerse sin miedo", dijo Cherizier el viernes en comentarios emitidos por internet. "Los hospitales, las escuelas, las universidades, las embajadas deben reabrir y poder abastecerse sin problemas".
Cherizier dijo que el G9 quiere que se reanude la venta de combustible durante una semana para que los haitianos puedan celebrar la fiesta del 18 de noviembre, que conmemora la derrota del ejército napoleónico en 1803 y que allanó el camino para la independencia de la excolonia francesa.
Pero añadió que si Henry no renunciaba en ese periodo, las bandas tomarían otras medidas, sin dar más detalles.
Los representantes de la oficina de Henry no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
No era evidente de inmediato la rapidez con la que el combustible volvería a estar disponible. Muchos camioneros haitianos se niegan a transportar combustible debido a la constante amenaza de secuestros por parte de las bandas.
Canadá dijo a última hora del jueves que retiraba al personal no esencial de su embajada, alegando problemas de seguridad que se están agravando por la escasez de combustible. Estados Unidos recomendó esta semana a sus ciudadanos abandonar el país.
Henry dijo el mes pasado que el gobierno había organizado escoltas policiales para garantizar la seguridad de los camiones de reparto de combustible.