Por Praveen Menon
WELLINGTON, 22 nov - Nueva Zelanda adoptará un nuevo sistema de convivencia con el virus del coronavirus a partir del 3 de diciembre, que pondrá fin a las duras restricciones y permitirá a las empresas operar en su mayor ciudad, según declaró el lunes la primera ministra Jacinda Ardern.
Nueva Zelanda se mantuvo en gran medida libre de COVID-19 hasta agosto, pero ha sido incapaz de vencer un brote de la variante delta, altamente infecciosa, lo que obligó a Ardern a abandonar una estrategia de eliminación y pasar a tratar el virus como endémico.
Su mayor ciudad, Auckland, lleva más de 90 días en aislamiento, aunque recientemente se han suavizado algunas medidas.
El nuevo sistema clasificará las regiones en rojo, naranja o verde en función de su nivel de exposición al COVID-19 y de las tasas de vacunación. Auckland, el epicentro del brote de delta, empezará en rojo, haciendo obligatorias las mascarillas y poniendo límites a las reuniones en lugares públicos.
Además de su aislamiento geográfico, Nueva Zelanda aplicó algunas de las restricciones más estrictas contra la pandemia entre las naciones de la OCDE, lo que limitó la propagación del COVID-19 y ayudó a su economía a recuperarse más rápidamente que la de muchos países.
Este país de 5 millones de habitantes ha registrado hasta ahora unos 7.000 casos en total y sólo 39 muertes.