BRUSELAS, 2 dic - El máximo tribunal de la Unión Europea formulará el jueves una primera opinión sobre el recurso de los nacionalistas que gobiernan en Polonia y Hungría a un nuevo mecanismo destinado a recortar los pagos en efectivo a los Estados miembros que violen las leyes compartidas, incluidas las de derechos humanos.
Aunque la opinión del abogado general no es vinculante para el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), con sede en Luxemburgo, que es la máxima instancia judicial de la UE, el tribunal suele seguirla cuando dicta su sentencia definitiva
El autodenominado primer ministro "antiliberal" de Hungría, Viktor Orban, y su aliado, el partido euroescéptico polaco Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco) en Varsovia, se han enfrentado a los países liberales de la UE y al ejecutivo del bloque en Bruselas en relación con los derechos de las mujeres, el colectivo LGBT y los inmigrantes, así como con la libertad de los medios de comunicación, los tribunales y el mundo académico.
Mientras los activistas de los derechos hacen sonar las alarmas por el deterioro del Estado de Derecho, Orban y el PiS gozan de un apoyo mayoritario gracias al amplio gasto público, la retórica nacionalista y políticas conservadoras.
La UE no ha conseguido forzar a los dos países excomunistas de su flanco oriental a cambiar de rumbo, pero el año pasado acordó un nuevo mecanismo para retener la financiación del presupuesto compartido del bloque a quienes violen las leyes conjuntas.
La nueva herramienta aún no se ha utilizado, y la eventual sentencia del TJUE determinará si tiene más fuerza que las salvaguardias democráticas anteriormente vigentes.
Desde su ingreso en la UE en 2004, Polonia ha sido uno de los principales beneficiarios de los fondos de desarrollo del bloque, destinados a ayudar a los países miembros más pobres a alcanzar a los más favorecidos.
A medida que el país de 38 millones de habitantes se enriquezca, se convertirá en un contribuyente neto en lugar de beneficiarse de los fondos de la UE.
Un legislador de un partido de coalición menor, conocido por su retórica de línea dura, dijo el mes pasado que Polonia podría celebrar un referéndum sobre la salida de la UE en 2027, cuando finalice el actual presupuesto a largo plazo. El primer ministro polaco rechazó cualquier conversación sobre un "Polexit".