A mediados del año ocurrieron las mortíferas inundaciones en Bélgica y Alemania. El IPCC publicó un informe que confirma que los fenómenos meteorológicos son cada vez más frecuentes y más intensos como consecuencia del cambio climático.
En 2021 vimos cómo las protestas por el clima captaban la atención del mundo con imágenes y eslóganes contundentes. También fuimos testigos de las acrobacias políticas que recorren el panorama mediático
Y los ciudadanos europeos hacen sonar la alarma cuando los efectos del cambio climático llegaban a sus puertas.
A mediados del año ocurrieron las mortíferas inundaciones en Bélgica y Alemania. El grupo de científicos climáticos del IPCC publicó un informe que confirma que los fenómenos meteorológicos son cada vez más frecuentes y más intensos como consecuencia del cambio climático.
En octubre, Euronews se dirigió a uno de los pueblos alemanes devastados por las inundaciones para retransmitir estas imágenes al mundo. La alcaldesa de Altenahr nos contó cómo la población vivió este trágico suceso:
"La gente se había preparado para la inundación del siglo. Pero esa cantidad de agua -10 metros- fue inédita. Fue mucho más alta que en 1910 o 1804 y simplemente fue inconcebible", Cornelia Weigand.
Mientras las inundaciones causaban estragos en algunas partes de Europa, las llamas ardían en otras. En Grecia, en particular, la isla de Eubea quedó devastada.
El cambio climático amplifica estos acontecimientos naturales con un efecto dramático.
El verano registró olas de calor que batieron récords. Siracusa, en Sicilia, alcanzó lo que podría confirmarse como un nuevo récord europeo de 48,8 grados. Lo suficientemente caliente como para ser peligroso para el bienestar de todos.
"Incluso los más expuestos, como los ancianos, las personas con enfermedades crónicas, a menudo no lo consideran un problema grave en comparación con otras cosas. Y por eso tenemos cifras tan altas o aumentos de la mortalidad durante las olas de calor", explica Francesca De'Donato, epidemióloga de la región italiana de Lazio.
En este clima de preocupación, los líderes mundiales se reunieron en Glasgow para la conferencia de la ONU, la COP26.
Este encuentro internacional se anunción como la última oportunidad para limitar las emisiones de CO2, lo suficiente como para mantener el calentamiento global en 1,5 grados por encima de la media preindustrial.
Sin embargo, muchos de los asistentes de la cumbre la tacharon de caldo de cultivo de compromisos, de ambición desvirtuada por los grupos de presión de los combustibles fósiles, y de rencillas latentes sobre la justicia climática. La COP26 terminó con palabras cálidas, pero el calentamiento global sigue siendo el tema candente de nuestro tiempo.