El volcán de la isla española de La Palma seguirá liberando gases tóxicos durante un largo periodo, lo que puede suponer riesgos para la población. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha explicado que "El fin de la erupción no significa que ya no haya peligro".
El volcán de la isla española de La Palma seguirá liberando gases tóxicos durante un largo periodo, lo que puede suponer riesgos para la población. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha explicado que "El fin de la erupción no significa que ya no haya peligro". La lava también tardará en enfriarse hasta un nivel seguro.
Los responsables de Protección Civil han explicado que se necesitarán varios años para limpiar el terreno destruido por la lava y retirar enormes cantidades de ceniza de edificios y carreteras.
De hecho, durante la erupción han barrido ceniza de los tejados permanentemente para evitar que los edificios se derrumbaran por el peso.
La lava ha sepultado 1.250 hectáreas en su camino hacia el Atlántico, gran parte de las cuales son plantaciones de plátanos, principal medio de vida de La Palma junto con el turismo.
Unas 7.000 personas han sido evacuadas de sus hogares, y a muchas de ellas se les ha dado sólo unos minutos para recoger sus pertenencias.
Los daños de la erupción podrían superar los 900 millones de euros según las autoridades regionales.
La erupción -acompañada de frecuentes terremotos- es la primera en La Palma desde 1971 y la más larga de la que se tiene constancia en esta isla de unos 83.000 habitantes.