Así lo anunció el lunes el servicio europeo de observación de la Tierra, Copernicus, que también constató la existencia de concentraciones récord de gases de efecto invernadero.
Los últimos siete años han sido los más calurosos de los que se tiene constancia. Así lo anunció el lunes el servicio europeo de observación de la Tierra, Copernicus, que también constató la existencia de concentraciones récord de gases de efecto invernadero.
Los científicos están convencidos de que el calentamiento global contribuye al aumento de las catástrofes naturales observadas en los últimos años: tormentas extremas, cúpulas de calor en Norteamérica con casi 50 grados registrados en Canadá.
El verano pasado fue también el más caluroso jamás registrado en Europa. El mercurio en Sicilia rozó los 49 grados y la ola de calor contribuyó a provocar incendios devastadores, especialmente en el sur de Europa.
Para los expertos, estos acontecimientos climáticos deberían animar a las sociedades a redoblar sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La última Cop en Glasgow se comprometió a mantener el aumento de la temperatura en 1,5 grados con respecto a la era preindustrial.