Numerosos aficionados han dado la bienvenida al tenista en el exterior del aeropuerto.
No habrá sido precisamente el viaje más agradable de su vida, aunque a buen seguro que el recibimiento que le han dispensado a su llegada le habrá levantado el ánimo. Tras varios días caóticos que han acabado con su deportación de Australia y el adiós al primer grande del año, Novak Djokovic aterrizaba este lunes en Belgrado, donde decenas de aficionados mostraban su apoyo incondicional a su ídolo en los que probablemente sean los momentos más difíciles de la carrera del número uno del tenis mundial.
"Siento mucho lo de Novak y espero que pueda jugar en otros torneos y en otros Grand Slams como Roland Garros", decía una joven enfundada en la bandera nacional en los aledaños del aeropuerto. "Le enviamos todo nuestro amor y energía positiva".
"No sé cuáles serán sus próximos pasos", añadía otro aficionado. "Espero que encuentre la manera de jugar en los otros torneos, respetándose la libertad de elegir si uno se vacuna o no".
Con todo este asunto llegando lentamente a su fin, el público serbio centra su interés en dos cuestiones: una de ellas es qué hara Nole, quedarse en Serbia a entrenar o irse a España. Y la segunda tiene que ver con qué pasará en los próximos torneos. Y es que este mismo lunes Roland Garros anunciaba su intención de exigir a todos los jugadores de la próxima edición estar vacunados, una decisión compartida también por el Abierto de Estados Unidos y que de momento deja a Wimbledon como único Grand Slam en el que no sería necesario presentar la pauta completa de vacunación. Los problemas del tenista podrían no haber hecho más que empezar.