Según fuentes policiales, la manifestación reunió a unas 50.000 personas, de varios países.
Con graves disturbios. Así terminaba la protesta en Bruselas contra las restricciones ligadas a la COVID-19.
La oficina del Servicio Europeo de Acción Exterior, encargada de la diplomacia de la Unión Europea (UE), fue atacada, así como otros edificios y vehículos.
Fue junto a las sedes de los organismos comunitarios donde se desataron los actos de violencia. La policía respondió utilizando cañones de agua y gases lacrimógenos.
50.000 manifestantes contra el "totalitarismo"
La manifestación congregó a unas 50.000 personas, de varios países, convirtiéndose en la más multitudinaria de los últimos meses en la capital belga.
Sus organizadores, asociaciones como Manifestación Mundial por la Libertad y Europeos Unidos por la Libertad, afirman que la propagación de la COVID-19, la saturación de los hospitales y las muertes no justifican la derogación de las libertades fundamentales garantizadas por la democracia. También dicen que "la peor enfermedad que hemos importado de China no ha sido el virus, sino el totalitarismo".