En 2021, Rusia importó vino de Italia por valor de 345 millones de euros, convirtiendo a este país en su principal proveedor. Ucrania, por su parte, importó vino italiano por valor de 56 millones de euros.
La guerra en Ucrania causa preocupación en el mundo agrícola. Tras la alarma por los precios disparados del trigo, se habla del posible desplome de las exportaciones de vino. Italia saldría muy perjudicada.
Según el informe de Nomisma, en 2021, Rusia importó vino de Italia por valor de 345 millones de euros, convirtiendo a este país en su principal proveedor. Ucrania, por su parte, importó vino italiano por valor de 56 millones de euros.
En particular, el Asti DOCG, en su versión espumoso o moscatel, el vino dulce por excelencia, corre el riesgo de perder uno de sus privilegiados canales de exportación: los dos países beligerantes representan el 20% del mercado.
En Langhe, Marco Dogliotti, propietario de la finca La Caudrina, lamenta la pérdida de un mercado emergente:
"Desafortunadamente trabajábamos con Ucrania con una facturación decente. Era un mercado de 4.000 botellas al año, que comenzó en 2017, y ahora está completamente perdido".
Así, los excelentes resultados de las exportaciones de vino en años anteriores han puesto a Italia en aprietos.
Menor impacto en Francia y España
Menos impactados, en comparación con las cifras globales de Italia, Francia y España. El daño potencial se cuantifica en 217 millones para los franceses y 146 para los españoles, es decir, el 2% y el 5% del total de sus exportaciones de vino, respectivamente.
