Por Max Hunder y Simon Lewis
KIEV/KRAMATORSK, UCRANIA, 8 jul - El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó que el izado de la bandera del país en la isla de las Serpientes, en el mar Negro, es una señal de que su país no se doblegará, mientras el presidente ruso Vladimir Putin advertía a Occidente de que sus esfuerzos por derrotarlo desatarán una tragedia para Ucrania.
En un discurso de corte militar dirigido a los líderes parlamentarios rusos tras más de cuatro meses de guerra, Putin dijo que Rusia apenas ha empezado a actuar en Ucrania y que las perspectivas de negociación se irán debilitando cuanto más se prolongue el conflicto.
"Hemos oído muchas veces que Occidente quiere luchar contra nosotros hasta el último ucraniano. Esto es una tragedia para el pueblo ucraniano, pero parece que todo se encamina a ello", dijo.
Zelenski respondió desafiante en un mensaje en vídeo emitido el jueves por la noche, diciendo que la operación de dos meses para retomar la isla de las Serpientes es una advertencia para todas las fuerzas rusas.
"Que todos los capitanes rusos, a bordo de un barco o un avión, vean la bandera ucraniana en la isla de las Serpientes y sepan que nuestro país no será doblegado", dijo.
La isla de las Serpientes, un pequeño terreno al sur del puerto de Odesa, se ha convertido en un símbolo de la determinación ucraniana.
En febrero, cuando se les ordenó que se rindieran, la pequeña guarnición ucraniana de la isla maldijo a sus atacantes rusos antes de ser alcanzada por un ataque aéreo.
Rusia abandonó la isla a finales de junio en lo que dijo que era un gesto de buena voluntad, una victoria para Ucrania que Kiev espera que pueda aflojar el bloqueo de Moscú a los puertos ucranianos.
El jueves, Ucrania izó su bandera azul y amarilla en su recapturada isla de las Serpientes. Moscú respondió con sus aviones de guerra atacando la isla y destruyendo parte del destacamento ucraniano en el lugar, dijo.
Putin invadió Ucrania el 24 de febrero, en lo que llamó una "operación militar especial" para desmilitarizar Ucrania, erradicar a los que califica de "peligrosos nacionalistas" y proteger a la población rusoparlante. Ucrania y sus aliados afirman que Rusia lanzó una invasión de tierras de corte imperialista.
El mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial ha matado a miles de personas, desplazado a millones y arrasado decenas de ciudades ucranianas. Kiev y Occidente acusan a las fuerzas rusas de crímenes de guerra, pero Moscú dice que no ataca a la población civil.
PÉRDIDA DE UN ALIADO CLAVE
Kiev perdió el jueves a uno de sus principales apoyos internacionales después de que el primer ministro británico, Boris Johnson, anunciara su dimisión. Moscú no ocultó su alegría por la desaparición política de un líder al que ha criticado durante mucho tiempo por armar a Kiev con tanta energía.
En una llamada telefónica, Johnson le dijo al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski: "Eres un héroe, todo el mundo te quiere", según un portavoz de Johnson.
"El apoyo de Reino Unido a Ucrania no cambiará pase lo que pase en los pasillos del poder en Londres. Boris y todos nuestros amigos en el Reino Unido nos lo han asegurado", dijo Zelenski en su discurso nocturno por vídeo.
La dimisión de Johnson se produce en un momento de agitación interna en algunos otros países europeos que apoyan a Kiev y de dudas sobre su capacidad de resistencia en lo que se ha convertido en un conflicto prolongado.
Tras fracasar en su intento de tomar rápidamente la capital, Kiev, Rusia está ahora inmersa en una guerra de desgaste en el corazón industrial del este de Ucrania, el Dombás.
El domingo, Moscú declaró que ha "liberado" la región de Luhansk y ahora planea capturar partes que no controla de la vecina Donetsk. Luhansk y Donetsk conforman el Dombás.
El alcalde de Kramatorsk, en Donetsk, dijo que las fuerzas rusas dispararon misiles contra el centro de la ciudad en un ataque aéreo el jueves y que al menos una persona había muerto y seis habían resultado heridas.
Pavlo Kyrylenko, gobernador de la región de Donetsk, dijo que el ataque dañó seis edificios, incluyendo un hotel y un bloque de apartamentos.
Reuters no pudo verificar de forma independiente estas informaciones.
LA "FANTASÍA" RUSA
En Kramatorsk, el mecánico reconvertido en soldado Artchk ayudaba a apuntalar las defensas ante el inminente ataque ruso, mientras que, cerca de allí, el agricultor Vasyl Avramenko lamentaba la pérdida de las cosechas suplantadas por las minas.
"Por supuesto que ya estamos preparados. Estamos preparados", dijo a Reuters Artchk, que se identificó por su nombre de pila.
"Es su fantasía (la de los rusos) ocupar estas ciudades, pero no esperan este nivel de resistencia. No es sólo el Gobierno ucraniano, es la gente la que se niega a aceptarlos".