PEKÍN, 13 jul - Las exportaciones chinas crecieron en junio a su ritmo más rápido en cinco meses, superando las expectativas de los analistas y sumándose a la evidencia que la segunda economía mundial se está recuperando lentamente de los daños de las restricciones de la pandemia.
Sin embargo, las importaciones aumentaron a un ritmo más lento, incumpliendo las previsiones, a pesar de la relajación de los límites de circulación.
A pesar del boyante crecimiento de las exportaciones, las perspectivas comerciales del país se enfrentan a crecientes presiones en el segundo semestre del año, ya que el desvanecimiento de la demanda en los principales mercados de exportación, la prolongada guerra de Ucrania y la elevada inflación alimentan la preocupación por una recesión mundial.
Los envíos al exterior en junio fueron un 17,9% más altos que un año antes, mostraron los datos oficiales de aduanas el miércoles, en comparación con el aumento anual del 16,9% visto en mayo y más rápido que las expectativas de los analistas de un aumento del 12,0%.
Si bien la debilidad del yuan y la subida de los precios mundiales impulsaron el valor de los envíos, la rápida reanudación de la producción industrial en los principales centros manufactureros y la recuperación de las operaciones portuarias y logísticas también contribuyeron a ello, dijo Wen Bin, economista jefe de Minsheng Bank.
La circulación diaria de contenedores en junio en el puerto de Shanghái, que antes se había visto gravemente afectado por un confinamiento, se había recuperado hasta alcanzar al menos el 95% del mismo nivel del año anterior, según datos oficiales.
Gracias a las medidas de estímulo del Gobierno y al levantamiento de los confinamientos, la economía china entró en una fase ascendente el mes pasado. Sufrió una fuerte caída en abril mientras el país se enfrentaba a su mayor brote de COVID-19 desde 2020.
Encuestas oficiales y privadas muestran que la actividad de las fábricas del país se sacudió de tres meses de caídas en junio.
Los datos aduaneros del miércoles mostraron que las importaciones de junio aumentaron un 1,0% con respecto al año anterior, lo que supone una desaceleración con respecto al aumento del 4,1% de mayo, lastrado por la desaceleración de las importaciones de productos básicos inducida por el confinamiento y el escaso consumo interno. Los analistas habían previsto un aumento del 3,9%.
China registró un superávit comercial de 97.940 millones de dólares el mes pasado, frente a las previsiones de los analistas de un superávit de 75.700 millones de dólares y un superávit de 78.760 millones de dólares en mayo.
Los responsables de política monetaria están redoblando el gasto en infraestructuras para contribuir a la recuperación de los daños infligidos por las medidas contra el coronavirus y otros problemas económicos.
El comercio exterior de China sigue enfrentándose a la inestabilidad y la incertidumbre, dijo Li Kuiwen, portavoz de la Administración General de Aduanas, en una conferencia de prensa en Pekín el miércoles.
Además, añadiendo vientos en contra, la subvariante de ómicron BA.5, altamente transmisible, se ha encontrado en varias ciudades durante la última semana.
Hasta el lunes, 31 ciudades —que representan el 17,5% de la población de China y el 25,5% del PIB— han aplicado confinamientos totales o parciales o algunas medidas de control a nivel de distrito, señalaron los analistas de Nomura en una nota.
China tiene previsto publicar el viernes los datos del PIB del segundo trimestre. Analistas afirman que el objetivo oficial de alrededor del 5,5% para este año será difícil de alcanzar si no se acaba con la estricta estrategia de Pekín de "cero contagios".