MOSCÚ, 19 jul - El Ministerio de Finanzas de Rusia propone elevar a 60 dólares el barril el precio de corte del petróleo para su regla fiscal, nivel a partir del cual Moscú empieza a comprar divisas con las utilidades de las ventas de energía, informó el martes el diario Vedomosti.
En virtud de este mecanismo, Rusia compra divisas con sus beneficios energéticos, una medida destinada a estabilizar el rublo y a canalizar las divisas hacia el fondo nacional de previsión.
Las compras de divisas se suspendieron a principios de este año en medio de la fuerte volatilidad del valor del rublo en las semanas previas al envío de decenas de miles de tropas por parte de Moscú a Ucrania.
Cuando la economía rusa entró en recesión este año, el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, eliminó la norma fiscal y utilizó todas las ventas de energía de Rusia para financiar el gasto diario del Gobierno.
El presidente Vladimir Putin ordenó a su Gobierno que revisara el mecanismo —fijado por última vez en un precio de corte del petróleo de 40 dólares por barril en 2018— para finales de julio.
Los economistas han aplaudido la regla fiscal por ayudar a reducir la vulnerabilidad del rublo a los cambios en el precio mundial del petróleo y ayudar a Rusia a acumular más de 600.000 millones de dólares de reservas internacionales. Alrededor de la mitad de las reservas fueron congeladas por los gobiernos occidentales como parte de un amplio paquete de sanciones impuestas a Moscú.
El Ministerio de Finanzas también propuso fijar el volumen de producción de petróleo de Rusia en 9,5 millones de barriles diarios
La Unión Europea, el mayor cliente energético de Rusia, se ha comprometido a reducir sus compras de petróleo ruso en un 90% este año y a desprenderse gradualmente del gas ruso en respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania.
El exceso de ingresos presupuestarios podría ascender a entre 2,5 y 4,5 billones de rublos (entre 44 y 80 mil millones de dólares) según la norma, que se canalizarían hacia el NWF, un fondo soberano destinado a grandes proyectos de inversión, informó Vedomosti, citando a un economista del Banco Raiffeisen.