BRUSELAS, 26 ago - Los eurodiputados franceses instan a la Comisión Europea a tomar medidas para poner fin a los vertidos británicos de aguas residuales sin tratar en las aguas compartidas, como parte de lo que, según ellos, es una rebaja inaceptable de las normas medioambientales desde el Brexit.
Los tres principales diputados franceses del Parlamento Europeo señalaron en una carta dirigida al comisario de Medio Ambiente de la UE, Virginijus Sinkevicius, fechada el miércoles, que temen que se perjudique a la biodiversidad marina y las actividades del sector pesquero y marisquero.
Los parlamentarios, el jefe de la comisión de pesca, Pierre Karleskind, la miembro de la comisión Stephanie Yon-Courtin, que también es miembro del consejo regional de Normandía, y la exministra francesa Nathalie Loiseau, se refirieron a las informaciones de los medios de comunicación de la semana pasada sobre el bombeo a gran escala de aguas residuales en los mares de Reino Unido.
"No podemos permitir que el medio ambiente, la actividad económica de nuestros pescadores y la salud de los ciudadanos se vean gravemente amenazados por la reiterada negligencia del Reino Unido en la gestión de sus aguas residuales", declaró Yon-Courtin en un comunicado de prensa.
Según los parlamentarios, Reino Unido ya no está sujeto a las normas medioambientales de la UE tras abandonar el bloque, y ha optado por reducir sus normas de calidad del agua a pesar de ser signatario de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que contiene disposiciones sobre la protección del medio ambiente.
"Esto es inaceptable", escribieron. "Pedimos a la Comisión que utilice todos los medios políticos y legales en su poder para poner fin a esta situación".
Las instalaciones británicas de tratamiento de aguas vierten temporalmente las aguas residuales sin tratar en mares y ríos si se ven inundadas por fuertes lluvias y corren el riesgo de sufrir inundaciones. Los defensores del medio ambiente afirman que estos vertidos son cada vez más frecuentes.
El organismo regulador de Inglaterra y Gales, Ofwat, y la Agencia de Medio Ambiente del Gobierno británico han iniciado investigaciones a lo largo del año pasado sobre varias compañías de agua que admitieron que podrían estar realizando vertidos de aguas residuales sin autorización.