Un año después de que Estados Unidos abandonara Afganistán, un millón de niños afganos padecen de malnutrición severa, según Naciones Unidas. Una inflación descontrolada y el aislamiento del país del sistema bancario internacional han empujado a la pobreza y el hambre a 20 millones de afganos.
Un año después de que Estados Unidos abandonara Afganistán, un millón de niños afganos padecen de malnutrición severa, según Naciones Unidas.
Una inflación descontrolada y el aislamiento del país del sistema bancario internacional han empujado a la pobreza y el hambre a casi 20 millones de habitantes.
Las cifras acaban de ser detalladas durante una reunión del Consejo de la Seguridad de la ONU sobre la situación económica y social del país bajo un régimen talibán que sigue arrinconando a niñas y mujeres.
“Los mínimos progresos que Afganistán hizo para proteger los derechos de las mujeres han sido rápidamente abandonados", explicó Martin Griffiths, Vicesecretario General de la ONU para Asuntos Humanitarios. "Las adolescentes afganas no pisan una clase desde hace más de un año. En pleno siglo XXI, no deberíamos explicar por qué la educación de las niñas y el empoderamiento de las mujeres son importantes para ellas, para sus comunidades, para sus países y de hecho, para todos nosotros".
La pobreza ha incrementado el número de matrimonios forzados de niñas. Lemar Watenyar, por ejemplo, entregó a su hija de 13 años al no poder pagar una deuda contraída para comprar comida.
“Estuvo enfadada conmigo desde el día que ocurrió. Me saluda, porque soy su padre, pero no lo hace de forma cariñosa. No hace nada por mí, y queda siempre claro que la culpa de todo es mía", declaró Lemar a la AFP.
Su hija Hojra ya conoce a su futuro marido y no quiere irse a vivir con él.
“No confío en que me permita estudiar", dijo la niña. "Si fuera un hombre inteligente, nunca habría pedido esto a mi padre".
El régimen talibán sigue conmemorando el primer año de su acceso al poder, que no ha sido oficialmente reconocido por ningún país occidental.