"No creo que nadie deba dudar de su influencia. Estuvo conmigo desde el principio", dijo McCarthy sobre Trump.
Una placa con su nombre por fin preside el Capitolio. El republicano Kevin McCarthy se convirtió este sábado en presidente de la cámara de representantes de Estados Unidos tras catorce votaciones fallidas. Todo un vía crucis que avergonzó enormemente a su partido y tras el que McCarthy se acordó del expresidente Donald Trump por el apoyo brindado.
"Quiero agradecer especialmente al presidente Trump. No creo que nadie deba dudar de su influencia. Estuvo conmigo desde el principio. Hubo quien dudó de si estaría ahí y él lo estuvo. Hay mucho trabajo por hacer y él fue una gran influencia para que todo eso sucediera. Así que gracias, Presidente Trump", dijo a su salida.
Sin embargo, varios diputados pro Trump siguen considerando a McCarthy demasiado poco conservador y han hecho oír su voz. Casi llegaron a las manos cuando se caldearon los ánimos.
Hacía más de 100 años que no costaba tanto elegir a un presidente de la Cámara.
A pesar del alivio de McCarthy, no tiene una tarea fácil por delante. El presidente de la Cámara ejerce una influencia clave en Washington y es el segundo en la línea de sucesión a la presidencia, después del vicepresidente. Pero McCarthy se ha visto debilitado desde el principio por las prolongadas elecciones y las promesas que se vio obligado a hacer a los partidarios de la línea dura, que demostraron la influencia que tienen dada la exigua mayoría de los republicanos en la Cámara Baja del Congreso.
El caos y la confusión, observados con regocijo y desprecio por los rivales demócratas de todo el hemiciclo, podrían significar años de parálisis legislativa y de toma de decisiones sobre cuestiones importantes para el país, y para el resto del mundo.