Palestinos desalojados de sus ciudades por los bombardeos de Israel caminan bajo la lluvia en un mercado en Rafah, en la Franja de Gaza, cerca de la frontera con Egipto.
Tras las intensas lluvias al menos han podido recoger algo de agua mientras las agencias de ayuda internacionales se refieren a millones de personas desplazadas y a una catástrofe humanitaria en curso.
Mahmoud Bakir, vecino de Rafah explica:"Cuando me desperté y vi llover, me dije que Dios ayude a los desplazados y refugiados en las escuelas o simplemente en las calles. Son humanos y necesitan un refugio, por decir lo mínimo. ¿Qué pasó con la ONU? "
Mahmud Qashta, desplazado de la ciudad de Gaza recuerda lo ocurrido en las últimas semanas:"La vida ha dado un vuelco. Nuestra rutina diaria normal, cuando comíamos, bebíamos y dormíamos normalmente, ha cambiado por completo. Ahora dormimos en medio del estruendo de explosiones y ataques. Por la mañana, nos despertamos sólo para descubrir que nuestros familiares están muertos".
Los refugiados hacen cola para comer en la cocina callejera improvisada de Rafah en medio de continuos bombardeos israelíes sobre Gaza.
Todos los hospitales del norte de la Franja de Gaza, donde estaba la parte más densa de la infraestructura sanitaria de este enclave, han dejado de funcionar por el bloqueo israelí de energía, suministros médicos, oxígeno, alimentos y agua.
La única excepción es el hospital Al Ahli, donde hay 500 pacientes y puede seguir recibiendo a algunos más, a pesar de las dificultades.
Alrededor de 11.180 palestinos han muerto desde el 7 de octubre, cuando el grupo militante palestino Hamás llevó a cabo un ataque sin precedentes contra Israel que, según el país, mató a 1.200 personas. También fueron tomados más de 200 rehenes.
Entre los muertos en Gaza, más de 4.600 son niños y otras 3.100 mujeres, dijo en su última actualización el Ministerio de Salud del enclave dirigido por Hamás.
La Organización Mundial de la Salud ha dicho que el principal hospital de Gaza, Al-Shifa, en la ciudad de Gaza, ya no funciona porque miles de pacientes, personal médico y personas desplazadas permanecen allí.